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La ciencia determina que las personas inteligentes viajan más

Algo así como “si el cerebro fuera un músculo, viajar sería como ir al gimnasio”, es la descripción  de las personas  que poseen un alto coeficiente intelectual y viven en medio de viajes. Vivir otras realidades y conocer nuevas culturas son cosas que llenan de felicidad y  conocimiento a los viajeros, a las personas que aman conocer cada parte del mundo y su historia, personas curiosas que se permiten experimentar nuevas sensaciones.

El conocer nuevos lugares, idiomas y etnias, hace que las personas desarrollen de una manera más avanzada su coeficiente intelectual, adentrándose en  un mundo nuevo presto para ser explorado. El aprendizaje que se deriva de conocer  nuevas culturas, aportan un efecto muy positivo al desarrollo cognitivo de los viajeros, según el informe del Instituto Europeo para la Administración de Asuntos Culturales.

El simple hecho de que una persona salga de la zona de confort y se obligue a aprender nuevas  cosas y a conocer nuevos entornos socioculturales completamente diferentes al que estaba acostumbrado, le permite visualizar otro punto de vista que no conocía y ampliar sus conocimientos.

En el estudio también se resalta el impacto positivo que genera viajar, por lo general eso proporciona un efecto de felicidad y descanso en las personas, estimulándolas a nuevos procesos. Tanto antropólogos como psicólogos participaron en el estudio publicado por el Instituto Europeo, el profesor universitario  William W. Maddux, dijo: “Cuando los individuos están siempre inmersos en el mismo entorno cultural y social, sus cerebros se acomodan al no contar, en ese sentido con los desafíos intelectuales y conductuales que se derivan de las realidades ajenas”.

Los viajes permiten que las personas encuentren una conexión con ellos mismo, impulsando sus vidas hacia un siguiente nivel, desarrollando su personalidad y aprendiendo incluso más de lo que se podría prender en una escuela o universidad. No solo la parte cognitiva se desarrolla al viajar, también la tolerancia, la memoria y la creatividad, son virtudes que toman fuerza en cada viaje, en cada experiencia que los lleva a un siguiente nivel.

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