La república insular del Pacífico, Kiribati, consta de varias islas, las cuales algunas están desiertas y otras superpobladas. Por ejemplo, la ciudad Tarawa Sur, comprende de 40.000 habitantes, los cuales en quince años puede que ya no vivan allí y todo gracias al cambio climático.
Aunque algunos referentes políticos como Donald Trump niegan rotundamente la existencia del cambio climático, hay otras personas, y muy jóvenes, que están trabajando arduamente para concientizar a la población mundial, para que así actúen antes de que el «planeta se consuma».
El primer país que sufrirá directamente el cambio climático será el territorio insular de Kiribati, el cual puede desaparecer ante la subida del nivel del mar. Expertos han advertido que dentro de quince años sus 33 islas serán “tragadas” por el océano.
Según un informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), desde 1993 hasta el 2018, el nivel medio del mar subió en promedio 3.2 mm por año, lo cual no solo ha afectado a las grandes masas de hielo, sino, que amenaza con impactar a las islas y zonas costeras.
Las autoridades de la nación han advertido en diferentes oportunidades sobre esta preocupante problemática, puesto que va a forzar a sus residentes a abandonar sus vidas. Aunque el reconocimiento del cambio climático ha tomado mucha más fuerza en los últimos años, los dirigentes del territorio e incluso la ONU han tratado de dar a conocer esta situación desde 1989.
Sin la esperanza de que haya un plan que evite que Kiribati se convierta en la próxima «Atlántida», el gobierno ha generado estrategias para que sus residentes sean evacuados a sitios cercanos.
En el documental «El Arca de Anote» realizado en 2016 por el director cinematográfico, Matthieu Rytz, se mostró que el agua para los ciudadanos de Kiribati representa un «sentido casi espiritual», de acuerdo con Rytz, “sienten un gran respeto por el océano porque cuando estás allí literalmente solo ves océano”.
Otro factor que no favorece a la nación respecto al cambio climático son sus aumentos de las temperaturas. Además, todo el caótico ambiente alrededor de Kiribati también va a aumentar las tormentas y va a amenazar a sus reservas de agua dulce.
Lo que pase con Kiribati tan solo será la “punta del iceberg”, dado que poco a poco, si no se hacen contundentes cambios, otros territorios sufrirán el mismo destino del país insular.