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¿Por qué los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres?

Una pregunta realizada a través de los años y que sigue dejando en evidencia la desigualdad.

A lo largo de la historia, la humanidad rápidamente se ha visto expuesta a un régimen por jerarquías y la premisa de “el más fuerte sobrevive” se ha hecho efectiva en casi todas las oportunidades.

Estas jerarquías han ido creando brechas cada vez más grandes, que a medida que han pasado los años, han expuesto una desigualdad que ha perdurado por toda la historia.

Quizá todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos cuestionado sobre el porqué los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres, y es una de esas preguntas con respuestas muy relativas.

Escritores y economistas también se han cuestionado lo mismo, y es por eso que han escrito libros donde tratan de buscar una respuesta.

Entonces, ¿A qué conclusión han llegado?

Hay que acomodarnos al contexto actual de la humanidad, post-pandemia del covid-19; en una nueva normalidad.

La pandemia del coronavirus aceleró un proceso que venía a paso lento pero firme, y que hoy ya es toda una realidad y está mucho más consolidado de lo que se preveía para esta época.

Hablamos de la digitalización, y es precisamente gracias a este universo conectado a través de Internet que las máquinas cada vez han automatizado de manera más eficaz cualquier trabajo humano.

La incorporación de nuevas tecnologías han desplazado al capital humano a un ritmo que el mercado no puede creer, pero que ayuda a los grandes dueños a economizar su capital e invertirlo en otras herramientas.

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Las empresas ya no necesitan tanto personal como antes; por lo que las antiguas generaciones han perdido peso en el campo laboral actual. 

Por su parte, las nuevas generaciones han debido escoger muy bien sus profesiones, incluso, se han debido adaptar a la nueva coyuntura, pues incluso algunas profesiones populares se han vuelto obsoletas.

La crisis económica también ha acrecentado este problema; pues las prioridades de las empresas han cambiado radicalmente, e infortunadamente, las personas se han vuelto reemplazables para ellos.

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