Los gobiernos de Brasil, Chile, Argentina y Paraguay firmaron la ‘Declaración de Asunción’, punto de partida de un gran proyecto de transporte denominado ‘Corredor Bioceánico’.
En este primer acuerdo, las cuatro regiones se comprometieron a potenciar las grandes infraestructuras transnacionales (carreteras, puentes, ferrocarriles y túneles), a la vez que coordinar medidas que faciliten el tránsito de personas y mercancías.
Estos objetivos se establecieron con la creación de un grupo de trabajo que se creó para buscar los beneficios de las facilidades recíprocas que pudieran mejorar la competitividad de los productos de la región en los mercados de Asia-Pacífico y Europa.
Según Herman Cortés, investigador del Instituto de Economía Aplicada Regional (IDEAR), en la actualidad hay preocupación porque se inició el plan piloto para agilizar los controles fronterizos en los cuatro países, pero no se completó.
“Tampoco se han concluido los esfuerzos encaminados a integrar los sistemas informáticos [con sistemas de datos y formularios estandarizados] y se están realizando estudios conjuntos con el sector privado para evaluar el funcionamiento de los modos de infraestructura y transporte”.
Entre los hitos alcanzados en estos siete años, el experto destaca los avances en las obras de infraestructura inconclusa.
Al igual que destacó “la decisión, junto con el financiamiento, de construir el puente sobre el río Paraguay, que unirá las localidades fronterizas de Porto Murtinho y Carmelo Peralta”, conectando esta región con Brasil.
Ubicación e impacto en las regiones
El Corredor Bioceánico se ubica en torno al Trópico de Capricornio y pasa por el corazón de la ZICOSUR, integrada por provincias de Argentina, estados de Brasil, departamentos de Bolivia y Paraguay, regiones de Chile y Perú y municipios de Uruguay.
A pesar de su nombre, tiene un diseño cuyo objetivo central, como nos explica el profesor Cortés, es “más que vincular el Pacífico con el Atlántico”.
Se trata de atender los intercambios comerciales y turísticos de las zonas mediterráneas que conforman el área centro-occidental sudamericana.
Así como ofrecer a sus empresarios rutas directas de salida a los puertos del Pacífico, foco de los principales intereses comerciales de Asia.
Si bien hubo una voluntad generalizada de acercamiento interregional, la infraestructura vial ha sido históricamente una barrera para los flujos comerciales entre los distintos países del corredor.
Aumento del comercio regional
Con la realización de las reformas proyectadas en el acuerdo, será posible aumentar tanto los negocios entre estas regiones como las importaciones desde el mercado asiático.
Esto último, más algunas exportaciones internas, podrían generar más carga de retorno y evitar que camiones o trenes regresen vacíos desde los puertos chilenos.
Este factor es uno de los más costosos para el transporte, lo que ha sido una de las mayores dificultades para el comercio sudamericano hacia y desde el Pacífico.
Los estudios realizados hasta el momento sobre el potencial efecto en los mercados adyacentes han arrojado resultados prometedores.
En Brasil, varias localidades de Campo Grande podrían transformarse en centros logísticos para las exportaciones a Asia, “así como para la recolección y distribución de las importaciones desde allí y otros mercados”.
Un mayor auge de zonas del sur
En Argentina, se ha demostrado interés en habilitar hubs en las provincias de Jujuy y Salta, mientras que en Chile el mayor beneficio radica en aprovechar el tránsito de mercaderías, impulsado por una organización público-privada biprovincial.
Lo anterior, con el objetivo de diversificar la producción de la zona, que hasta ahora se ha concentrado básicamente en la minería.
Además del crecimiento interno, el corredor podría generar importantes cadenas de valor entre estos cuatro países, como algunos casos de producción minera entre el noroeste argentino con las regiones chilenas de Tarapacá y Antofagasta.
De hecho, ya existe una importante oferta de componentes complementarios para la producción de litio, algunos de cuyos insumos se importan a través de puertos de Antofagasta.
Estos se transportan hasta la cordillera del lado argentino y luego se exportan a mercados del Pacífico por los mismos muelles.
“Se anticipa que algo similar ocurrirá con importantes yacimientos de cobre, que están próximos a entrar en operación en la provincia de Salta”, prevé el experto.
Cuán entregan la hora
Otra cadena –no productiva, sino de servicios– será en el sector turístico, “debido a la complementariedad de las distintas regiones de los cuatro países por donde pasa este corredor, tanto entre países limítrofes como entre los actores involucrados”.
Un ejemplo de ello será el circuito entre el desierto más árido del mundo (Atacama) y la región más húmeda del planeta (o al menos de América), que es el Pantanal, cada uno con hitos contrastantes que pueden recorrerse en menos de una semana.
El Corredor Bioceánico Vial conectará el puerto de Porto Alegre en Brasil con el de Coquimbo en Chile. La importante obra deberá ser entregada a finales de 2026.
El Banco de Desarrollo Fonplata es el encargado de financiar el Corredor Bioceánico, según el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de Paraguay. Se calcula que la inversión oscila los US$450 millones.