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Los millennials, la generación que aún se consideran adolescentes

El psicólogo Álvaro Rendón, sostiene que el eje de esta generación se encuadra en el hedonismo. “Todo lo que hago es para mi consumo y mi satisfacción sin límites”.

El éxito consiste en ser feliz los domingos por la tarde”. La frase es de Josep Lluís Rovira, prestigioso empresario catalán y cónsul general honorario de Estonia en Barcelona.  

Lo decía en una reciente entrevista, esculpiendo en negro sobre blanco una forma de entender la vida y el trabajo, muy alejada de los 79 años que figuran en su DNI.  

Esta filosofía resume el sentir de la Generación Y, también conocida como Millennials , cuyas motivaciones más buscadas a favor de la conciliación laboral y familiar se pueden dividir en seis categorías. 

Millennials; una generación personal y profesional 

Reconocimiento profesional. Hablamos de un estrato social formado por aquellos nacidos entre 1982 y 1996, con un fuerte sentido del inconformismo y con prioridades diferentes a las de sus antecesores de la generación X.  

Abandonando la comodidad por una retahíla de retos y la búsqueda de reconocimiento. Poniendo el desarrollo de su carrera profesional en el centro de sus prioridades.  

El propio Rovira ahonda en ello señalando que “perseverar en los sueños es alcanzarlos” (…) y resumiendo la receta del éxito en cinco palabras: “Hacer algo que te haga sentir realizado”. 

Oportunidad de desarrollo personal 

Esta ambición milenial, sin embargo, ha sido distorsionada por quienes los ven como rivales para retratarlos como “narcisistas” o “egoístas” a raíz de la polémica portada de mayo de 2013 de la revista Time sobre “The Me Me Generation”.  

Titulados como mirones de ombligo cuando su gran pecado es querer trabajar en un lugar que signifique algo para ellos y hacerlo con un apetito insaciable por generar un impacto, por dejar una huella.  

Simplemente porque viven el presente sin esperar al futuro. 

Enganchados a una dosis diaria de dopamina que obtienen de su creciente uso de nuevas redes sociales que les otorgan esa inmediatez que sustenta su razón de ser. 

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Un modelo basado en el trabajo entre iguales 

Se trata de una comunicación bidireccional que desean replicar también en el ámbito profesional, deseosos de recibir feedback periódico de los equipos directivos para centrarse en la tarea en cuestión y no perder tiempo en su crecimiento personal.  

Un “feedback casi instantáneo” como señala Manpower Group en su estudio Las carreras de los Millennials; la visión de 2020: 

“Es hora de que los empleadores reconsideren sus estrategias de RRHH a la luz del hecho de que la Generación Y ya constituye un tercio de la fuerza laboral mundial”, incluidos algunos de los talentos más brillantes del panorama. 

Crecimiento profesional 

Los millennials, continúa el estudio, “saben que la carrera que tienen por delante se parece más a una maratón.  

La edad de jubilación anticipada a los 50 o 60 años con un reloj de oro de regalo es cosa del pasado.  

La mayoría de las personas son muy conscientes de que van a trabajar más tiempo que las generaciones anteriores” por lo que, en lugar de tener un trabajo para toda la vida,  

“Entienden la necesidad de tener un desarrollo continuo de habilidades para que siempre haya trabajo para ellos”.  

Y no les basta con tener café gratis o un futbolín a su disposición en el comedor de la empresa. 

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La importancia de la cultura corporativa 

Formación y aprendizaje continuo. Pilar Llácer, investigadora de la escuela de negocios EAE de Barcelona, alerta de que los millennials están forzando un cambio en el paradigma empresarial, tanto en el estilo de liderazgo como en la cultura organizacional.  

“El concepto de lealtad hacia la empresa ya no es el mismo”, afirma. 

Su compromiso inicial es a corto plazo, aunque son capaces de renovarlo repetidamente siempre que estén motivados.  

Una forma de hacer que choca cuando sus jefes –integrados por personas de dos o tres generaciones anteriores– desisten de incentivarlo al verlo como un hándicap en lugar de una ventaja.  

Porque mientras están en una empresa, están muy motivados”, señala Llácer, que destaca su predisposición “a los nuevos aprendizajes, su curiosidad y su deseo de absorber conocimientos”. 

Cultura organizacional

El reto, por tanto, es dotar a la Generación Y de los incentivos necesarios para que consiga conciliar vida y trabajo.  

Y no se trata de dinero, como determina una reciente encuesta de LinkedIn donde el 86% de los millennials aceptaría una rebaja salarial para trabajar en una empresa que comparta los mismos valores que los suyos.  

Una cifra que se desploma hasta el 9% en el caso de los baby boomers . 

Cambio de mentalidad en busca del compromiso mutuo 

Una vez detallado todo lo anterior, las empresas que pretendan prosperar en una década que acabará con la generación millennial como principal fuerza laboral deberán hacer un esfuerzo extra en construir una filosofía de trabajo socialmente comprometida. 

Promover una hoja de ruta profesional para los empleados junto con la mayor transparencia en la toma de decisiones que involucre a todos sus equipos. 

De forma que ninguna de las partes se vea agobiada por volver a la oficina cuando llegue el inicio de la semana laboral. 

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