Publicidad

Bukele inicia la construcción de uno de los aeropuertos más modernos de Latinoamérica

El Gobierno de Bukele se ha caracterizado por utilizar la mano dura del Estado contra la criminalidad para generar seguridad ciudadana.

El presidente Nayib Bukele anunció este martes que el Aeropuerto del Pacífico, ubicado en La Unión, iniciará operaciones en el segundo semestre de 2027.

La nueva terminal contará con una pista de 2.400 metros y vuelos directos de Avianca desde Estados Unidos.
“El Aeropuerto del Pacífico iniciará operaciones en dos años y medio, recibiendo aerolíneas como Avianca y Volaris, aviones de carga y ayuda humanitaria”, afirmó Bukele durante la ceremonia de colocación de la primera piedra.

Así se construirá

El proyecto, de 386 millones de dólares, se desarrollará en tres fases.

La primera fase, actualmente en construcción y con un presupuesto de 320 millones de dólares, está financiada por el Banco de Desarrollo de América Latina, con aportes de España y El Salvador.

Incluye dos puertas de embarque y aspira a atender a 300.000 pasajeros y 2.000 vuelos anuales.
En la segunda fase se añadirá una terminal más grande, y la terminal inicial servirá para vuelos privados.
En la tercera fase, la pista se ampliará a 3.000 metros, con un total de 18 puertas de embarque.

Se espera que el aeropuerto totalmente terminado gestione cinco millones de pasajeros al año.

Bukele destacó el impacto económico, estimando que el primer año se generarán 300 millones de dólares anuales por concepto de pasajeros internacionales.

Se estima que el proyecto creará más de 10.000 puestos de trabajo durante la construcción y contribuirá a un aumento anual del PIB del 1,5%.

“Este aeropuerto es más que una terminal, es una puerta de entrada al desarrollo y la inversión en el oriente de El Salvador”, afirmó Bukele.

La instalación cumplirá con los estándares internacionales de aviación y contará con un diseño sostenible, que incluye reforestación, monitoreo de la calidad del aire y medidas de protección de la vida silvestre.

- Patrocinado -

El éxito de Bukele

El éxito de Bukele en la lucha contra el crimen no sólo ha impulsado sus propios índices astronómicos de aprobación, sino que también ha mejorado la confianza en las instituciones salvadoreñas como la policía, las fuerzas armadas, el Congreso y los órganos judiciales.

El sólido desempeño electoral de Bukele y del partido gobernante también refleja la desintegración de los dos partidos tradicionales que dominaron la política salvadoreña desde los acuerdos de paz de 1992 hasta la llegada de Bukele y su fracaso conjunto para mejorar la vida de la gente.

Su abrumadora victoria también se debe en parte a las medidas que ha tomado el gobierno de Bukele para intimidar a los críticos y restringir la capacidad de las instituciones independientes como la prensa, la sociedad civil y el sector privado para operar libremente.

¿Hacia dónde se encaminará entonces El Salvador después del domingo? Si el objetivo de Bukele es concentrar el poder y gobernar indefinidamente como el “dictador más cool del mundo”, ¿son sostenibles sus políticas y su posición política?

Las encuestas públicas ofrecen algunas señales de alerta.

Si bien los salvadoreños, especialmente los de los grupos socioeconómicos más bajos, están comprensiblemente satisfechos con la espectacular mejora en la seguridad pública, expresan preocupación por las medidas utilizadas para lograr ese progreso.

Las mayorías se oponen a la nueva detención de personas que cumplieron una condena o fueron declaradas inocentes, rechazan la suspensión del derecho a la defensa, objetan los arrestos sin órdenes judiciales y están en desacuerdo con la detención de sospechosos durante más de 72 horas sin explicar los motivos de la detención.

Un choque entre los fines y los métodos de Bukele parece inevitable, especialmente porque el gobierno aún no ha desarrollado una política que prevea la eventual liberación de prisioneros.

- Patrocinado -

Las preocupaciones

Algunos observadores les preocupa que el populismo de Bukele pueda derivar en un comportamiento autoritario.
Es posible que haya eludido las leyes al contratar a terceros para importantes proyectos de infraestructura cuando era alcalde.

Se ha mostrado irritado ante los controles a su conducta, ya sean instigados por el fiscal general o por el Tribunal Supremo Electoral, denunciando tales medidas como una resistencia del establishment a ser expuestos.

Además, su campaña se basó en pocos expertos conocidos, lo que generó ansiedad sobre cuán calificados serán sus nombramientos para el gabinete.

Sin embargo, en un momento en que el autoritarismo está en auge, la elección en El Salvador fue un buen día para la democracia.
La votación fue pacífica, y solo se registraron dos homicidios (no relacionados con las elecciones) el día de la elección.

Avalaron su reelección


El Tribunal Supremo Electoral anunció el 87 por ciento de los resultados y los dos partidos tradicionales felicitaron a Bukele de inmediato.

De hecho, los observadores notaron el contraste entre la disputada reelección de Hernández en Honduras en 2017, donde el recuento de votos se interrumpió sospechosamente durante unas horas, los resultados tardaron más de dos semanas en anunciarse y la legitimidad y el apoyo a Hernández siguen severamente dañados.

El tiempo dirá si la tendencia hacia gobiernos más antisistema y anticorrupción en el hemisferio se acelerará.
Y los próximos cinco años mostrarán si el millennial puede cumplir con las altas expectativas de los ciudadanos.

Aunque las élites tradicionales de El Salvador parecen ansiosas por descartarlo como un populista ávido de medios, Bukele puede demostrar ser un buen socio para Estados Unidos y la región a la hora de abordar la corrupción, el mal gobierno y la inseguridad que subyacen a la desesperanza y la migración hacia el norte.

imagen tomada/Agencia de Noticias EFE

Publicidad