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Así, ha sido la vida del primer hombre que recibió el implante de chip Neuralink de Elon Musk

Según Musk, creó Neuralink en 2016 con el objetivo final de crear computadoras implantables en el cerebro humano.

En enero de 2024, tras ocho años de quedar paralizado, Noland Arbaugh, de 30 años de edad, se convirtió en la primera persona en recibir un dispositivo de este tipo de la empresa estadounidense de neurotecnología Neuralink.

No fue el primer chip de este tipo (unas cuantas empresas también los desarrollaron e implantaron), pero el de esta personas inevitablemente atrae más atención debido al fundador de Neuralink: Elon Musk.

En una entrevista con la BBC Mundo, relatón que conocía de los riesgos de lo que estaba haciendo, pero “sea bueno o malo, sea lo que sea, yo ayudaría”.

Explicó que: “Si todo saliera bien, podría ayudar participando en Neuralink. Si ocurriera algo terrible, sabía que aprenderían de ello”.

La historia del paciente

Noland, oriundo de Arizona, Estados Unidos, quedó paralizado por debajo de los hombros en un accidente de buceo en 2016.

Sus heridas eran tan graves que temía no poder volver a estudiar, trabajar o incluso jugar.

“Simplemente no tienes control, no tienes privacidad y es difícil”.

Asimismo; “tienes que aprender que tienes que confiar en otras personas para todo.”

El chip Neuralink busca restaurar una fracción de su independencia anterior, al permitirle controlar una computadora con su mente.

Se trata de lo que se conoce como interfaz cerebro-computadora (BCI), que funciona detectando los pequeños impulsos eléctricos que se generan cuando los humanos piensan en moverse y traduciéndolos en comandos digitales, como mover un cursor en una pantalla.

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Es un tema complejo en el que los científicos han estado trabajando durante varias décadas.

El rol de Musk

Inevitablemente, la participación de Elon Musk en este campo ha catapultado a la tecnología -y a Noland Arbaugh- a los titulares.

Ha ayudado a Neuralink a atraer muchas inversiones, así como escrutinio sobre la seguridad y la importancia de lo que es un procedimiento extremadamente invasivo.

Cuando se anunció el implante de Noland, los expertos lo aclamaron como un “hito significativo“, aunque también advirtieron que tomaría tiempo evaluarlo realmente, especialmente dada la habilidad de Musk para “generar publicidad para su empresa”.

En ese momento, Musk se mostró cauteloso en público y simplemente escribió en una publicación en las redes sociales: “Los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales”.

En realidad, dijo Noland, el multimillonario -con quien habló antes y después de su cirugía- era mucho más optimista.

El joven subraya que Neuralink es mucho más que su propietario y asegura que no lo considera “un dispositivo de Elon Musk”.

Queda por ver si el resto del mundo lo ve de la misma manera, especialmente dado su papel cada vez más controvertido en el gobierno de Estados Unidos.

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Pero no hay duda del impacto que el dispositivo ha tenido en la vida de Noland.

“Esto no debería ser posible”

Cuando Noland se despertó de la cirugía en la que le instalaron el dispositivo, dijo que inicialmente pudo controlar un cursor en una pantalla pensando en mover los dedos.

“Sinceramente no sabía qué esperar. Parece ciencia ficción”, dijo.

Pero después de ver sus neuronas dispararse en una pantalla, todo ello rodeado de entusiasmados empleados de Neuralink, dijo que “entendí por completo” que podía controlar su computadora sólo con sus pensamientos.

Y, lo que es aún mejor, con el tiempo su capacidad para utilizar el implante ha crecido hasta el punto de que ahora puede jugar ajedrez y videojuegos.

“Crecí jugando videojuegos”, dijo, y agregó que fue algo que “tuvo que dejar ir” cuando quedó discapacitado.

“Ahora les gano a mis amigos en los juegos, algo que realmente no debería ser posible, pero lo es”.

Lo que este experimento logró en su vida

Noland es una poderosa demostración del potencial de la tecnología para cambiar vidas, aunque también puede tener inconvenientes.

“Uno de los principales problemas es la privacidad”, afirmó Anil Seth, profesor de Neurociencia de la Universidad de Sussex.

“Entonces, si exportamos nuestra actividad cerebral […] entonces estamos permitiendo el acceso no solo a lo que hacemos, sino potencialmente a lo que pensamos, lo que creemos y lo que sentimos”, dijo a la BBC.

“Una vez que tienes acceso a lo que hay dentro de tu cabeza, realmente no hay ninguna otra barrera para la privacidad personal”.

Pero estas no son preocupaciones para Noland, él quiere ver que los chips lleguen más lejos en términos de lo que pueden hacer.

Le dijo a la BBC que esperaba que el dispositivo eventualmente le permitiera controlar su silla de ruedas, o incluso un robot humanoide futurista.

Incluso con la tecnología en su estado actual, más limitado, no todo ha sido color de rosa.

En un momento dado, un problema con el dispositivo hizo que perdiera el control de su computadora por completo, cuando se desconectó parcialmente de su cerebro.

“Eso fue realmente desconcertante, por decir lo menos”, dijo.

Grandes negocios

Neuralink es sólo una de las muchas empresas que exploran cómo aprovechar digitalmente nuestro poder cerebral.

Synchron es una de esas empresas, que afirma que su dispositivo Stentrode, destinado a ayudar a las personas con enfermedad de la neurona motora, requiere una cirugía menos invasiva para su implantación.

En lugar de requerir cirugía cerebral abierta, se instala en la vena yugular del cuello de la persona y luego se traslada hasta el cerebro a través de un vaso sanguíneo.

Al igual que Neuralink, el dispositivo se conecta en última instancia a la región motora del cerebro.

  • Imagen de portada tomada/El Observador
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