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Los matrimonios centrados en Dios duran más, según estudio

Las parejas que oran juntas y comparten su espiritualidad tienen relaciones más duraderas y estables, según investigaciones recientes.

En medio de una época en la que las separaciones son cada vez más comunes, los matrimonios centrados en Dios parecen tener una ventaja significativa. Investigaciones recientes respaldan la idea de que cuando las parejas comparten su vida espiritual y participan activamente en prácticas religiosas, su relación tiende a ser más estable, duradera y resistente a las crisis.

Según el Programa de Flourishing Humano de la Universidad de Harvard, asistir regularmente a servicios religiosos está asociado con una reducción de hasta el 50% en el riesgo de divorcio. Este estudio, considerado uno de los más serios y completos sobre salud relacional y espiritualidad, establece una conexión clara entre la fe activa y una mayor estabilidad matrimonial.

Pero no se trata solo de ir a misa o a la iglesia cada domingo. Los datos muestran que compartir actividades como la oración en pareja o la lectura espiritual en común fortalece la comunicación, reduce el estrés y aumenta la empatía. Y todo esto, con el tiempo, se traduce en relaciones más sanas.

Prácticas espirituales que unen y dan estabilidad matrimonial

El acto de orar juntos, aunque sencillo, genera un efecto poderoso en la dinámica emocional de la pareja. Al hacerlo, se crea un espacio íntimo de vulnerabilidad y conexión. De acuerdo con estudios publicados en el Journal of Family Psychology, las parejas que oran juntas regularmente reportan: niveles más altos de satisfacción marital, mayor sensación de apoyo emocional y una resolución de conflictos más pacífica.

Además, la espiritualidad compartida refuerza el sentido de propósito y misión conjunta. En otras palabras, no solo están unidos por el amor, sino también por una visión trascendente de vida en pareja. Esto se traduce en decisiones más conscientes, compromisos más firmes y una disposición mayor al perdón.

Shaunti Feldhahn y las cifras optimistas

La autora cristiana Shaunti Feldhahn ha popularizado una cifra que llama la atención: que solo una de cada 1.500 parejas que oran juntas se divorcia. Esta estadística no proviene de un estudio académico formal, sino de encuestas dentro de comunidades religiosas. Por eso, aunque el número puede parecer exagerado, sí apunta a una tendencia: los matrimonios centrados en Dios tienden a durar más.

Expertos como Wendy Wang, del Institute for Family Studies, también han encontrado que la práctica religiosa regular y compartida está vinculada a una mayor estabilidad matrimonial. No es solo una cuestión de fe, sino de hábitos emocionales positivos que se cultivan con esa fe.

Más allá de la religión: compromiso y valores para la duración del matrimonio

La autora cristiana Shaunti Feldhahn es quien más ha difundido esta cifra. Según su investigación, solo una de cada 1.500 parejas que oran juntas a diario termina en divorcio. Esta estadística proviene de encuestas dentro de comunidades religiosas. No es un estudio académico tradicional.

Aun así, su trabajo coincide con lo que muestran otros estudios más formales: los matrimonios centrados en Dios suelen ser más estables. La clave no es solo la oración, sino el compromiso que nace de vivir la espiritualidad en pareja.

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