Con 115 años recién cumplidos, una mujer británica ha sido oficialmente reconocida como la mujer más longeva del mundo. Su historia ha dado la vuelta al mundo no solo por su edad impresionante, sino también por el testimonio de vida que representa. Ethel Caterham nació en una época donde Europa aún sanaba las heridas de la Primera Guerra Mundial y ha vivido para ver desde la llegada del internet hasta los coches eléctricos y la inteligencia artificial.
Actualmente reside en una casa de cuidados en Inglaterra, donde celebró su cumpleaños rodeada de familiares, personal médico y curiosos que se acercaron para conocer a la persona más anciana del planeta. A pesar del paso del tiempo, mantiene la sonrisa firme y una lucidez que desconcierta a quienes la visitan.
Su caso ha llamado la atención no solo de los medios, sino también de científicos y estudiosos del envejecimiento, ya que su salud se mantiene sorprendentemente estable para una persona que ha superado la barrera de los 110 años.
De los años veinte al siglo XXI
La supercentenaria británica nació en 1909, en una aldea rural del sur de Inglaterra. Fue testigo de la evolución de su país desde tiempos en que las mujeres apenas accedían al voto, hasta la consolidación del Reino Unido como potencia tecnológica y financiera. Vivió dos guerras mundiales, la pandemia de gripe española, la aparición de la televisión y el auge del cine sonoro.
Según documentos oficiales, fue la mayor de cinco hermanos y trabajó gran parte de su vida como costurera en fábricas textiles durante la Segunda Guerra Mundial. Atribuye su vida larga a una rutina simple: nunca fumó, caminaba todos los días hasta bien entrada en los 90 años, y siempre se mantuvo alejada de los excesos. “No tengo el secreto de la longevidad, pero sí mucha paciencia”, dijo en una entrevista para una radio local.
Longevidad extrema récord mundial de edad
La organización Gerontology Research Group (GRG), encargada de verificar los récords de longevidad humana, ha confirmado su edad tras revisar certificados de nacimiento, censos y registros médicos. Esto la convierte oficialmente en la mujer más longeva del mundo, superando a otras supercentenarias registradas en Japón y Estados Unidos.
A pesar de las limitaciones físicas propias de su edad, conserva su sentido del humor y disfruta ver programas de cocina y jardinería en televisión. En su hogar actual, es considerada una celebridad. Muchos la visitan con flores y cartas de admiración, y su historia se ha viralizado en redes sociales, donde miles celebran la resistencia del cuerpo humano ante el paso del tiempo.
El envejecimiento saludable como fenómeno global
En las últimas décadas, se ha producido un aumento significativo en el número de personas que superan los 100 años. Sin embargo, llegar a los 115 años en condiciones cognitivas aceptables sigue siendo un caso excepcional. Esto ha impulsado nuevas investigaciones sobre envejecimiento saludable, genética y hábitos de vida.
La británica de 115 años no tiene antecedentes familiares de longevidad extrema, lo que ha llamado aún más la atención de los investigadores. Según algunos expertos, su caso puede estar más ligado al estilo de vida y a la resiliencia emocional que a la genética.
La longevidad extrema no depende únicamente de la ausencia de enfermedades. También influyen factores como el entorno social, la dieta, el ejercicio moderado y, sobre todo, el bienestar mental. La mujer más longeva del mundo ha vivido casi toda su vida con independencia, manteniendo relaciones sociales activas hasta pasados los 100 años.
Mujeres dominan los récords de edad
Actualmente, la mayoría de las personas que superan los 110 años son mujeres. Este fenómeno no es nuevo. Desde Jeanne Calment —la francesa que vivió hasta los 122 años— hasta otras como Kane Tanaka en Japón, los récords suelen ser alcanzados por mujeres. La mujer más vieja del planeta, como algunos la llaman, es parte de una tendencia global que aún no tiene una explicación definitiva.
Algunos científicos sostienen que las hormonas femeninas pueden ofrecer protección cardiovascular durante décadas. Otros apuntan al rol social de las mujeres, históricamente más ligadas al cuidado, a la rutina y a relaciones más profundas, factores que se asocian a una vida larga.
Récord mundial de edad y curiosidades
A lo largo de su vida, la nueva mujer más longeva del mundo ha visto morir a todos sus contemporáneos. Su esposo falleció hace más de 40 años, y su hijo mayor murió en la década de los noventa. A pesar de esto, su vitalidad sigue dejando perplejos a los médicos.
Una curiosidad que ha generado simpatía es su afición por el té con leche, que sigue tomando todos los días a las 4 de la tarde. También conserva una vieja radio que le acompaña desde los años sesenta, y aunque ya no lee con facilidad, aún reconoce su caligrafía cuando escribe su nombre.
Además, el GRG asegura que podría romper el récord mundial de edad si alcanza los 122 años, el cual sigue perteneciendo a Calment. Aunque aún le faltan siete años, su estado actual hace pensar que todo es posible.
Un símbolo de esperanza y resistencia
La historia de esta supercentenaria británica ha servido de inspiración para muchas personas mayores. En entrevistas breves ha dicho que el secreto está en “seguir adelante, incluso cuando el cuerpo no quiere”. Esta filosofía de vida ha sido replicada por miles de usuarios en redes sociales, donde su imagen se ha vuelto un símbolo de esperanza.
En un contexto donde el envejecimiento poblacional preocupa a gobiernos y sistemas de salud, casos como el de la mujer más longeva del mundo nos recuerdan que no se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor.