Un equipo de investigadores de la Queen’s University Belfast demostró que los perros pueden oler el estrés de sus dueños, incluso si estos no muestran señales visibles. El estudio, publicado en la revista científica PLOS ONE, reveló que los perros son capaces de distinguir entre muestras de sudor y respiración tomadas antes y después de una situación estresante.
Durante el experimento, los voluntarios resolvieron ejercicios matemáticos bajo presión. Luego, se recolectaron muestras corporales en distintos momentos. Los perros entrenados lograron identificar con precisión cuál correspondía al estrés en humanos.
Este hallazgo confirma lo que muchos dueños ya intuían: los perros perciben más de lo que vemos.
Efectos del estrés en el estado emocional de los perros
Cuando un perro detecta el estrés en su dueño, sus propias emociones caninas pueden alterarse. Algunos se esconden, ladran más de lo normal o se muestran inquietos. Otros se apegan de forma excesiva. Estas respuestas no siempre se relacionan con una causa visible. Los investigadores explican que pueden deberse al olor que el cuerpo humano libera en momentos de ansiedad.
El estudio científico sobre perros demuestra que esta conexión emocional tiene una base biológica. La exposición constante al estrés en humanos puede afectar el bienestar del animal, sobre todo en perros que dependen de la rutina y el contacto diario.
La salud mental también impacta a nuestras mascotas
Los expertos en comportamiento animal advierten que la salud mental humana influye directamente en las mascotas. Un perro que vive en un entorno con tensión constante puede presentar síntomas como falta de apetito, conductas repetitivas o apatía.
Cuando los perros pueden oler el estrés, su sistema reacciona químicamente. El cuerpo humano libera compuestos relacionados con el cortisol. Los perros, gracias a su olfato, los captan sin esfuerzo. Este fenómeno también se ha observado en perros que detectan cáncer, epilepsia o diabetes.
Un estudio científico sobre perros que cambia la percepción
La investigación fue liderada por Clara Wilson, del School of Psychology de la Queen’s University Belfast. El objetivo era probar si los perros podían detectar cambios emocionales a través del olor.
Se usaron perros entrenados y controles rigurosos. El resultado fue contundente: más del 90 % de precisión. Los perros no se guiaron por señales visuales, solo por olores generados por el cuerpo humano durante momentos de tensión.
Esto refuerza el vínculo entre humanos y perros como una conexión sensorial profunda.
Qué hacer si tu perro detecta tu estrés
Cuando los perros pueden oler el estrés, no solo lo perciben. También lo sienten. Por eso es importante observar cambios en su conducta. Si tu perro está inquieto, se aísla o duerme mal, podría estar reaccionando a tu estado emocional.
Los especialistas recomiendan compartir momentos de calma con ellos. Salir a caminar, jugar o incluso hacer pausas juntos durante el día puede ayudarlos a ambos. La salud emocional compartida mejora el vínculo y reduce el malestar.
Algunos perros están siendo entrenados para detectar crisis de ansiedad y actuar antes de que ocurran. Su olfato puede funcionar como una alerta anticipada.
Una conexión más profunda de lo que parece
Saber que los perros pueden oler el estrés transforma nuestra forma de convivir con ellos. No solo nos entienden por nuestras palabras o gestos. También perciben lo que sentimos antes de que lo digamos.
Muchos dueños lo viven a diario. La ciencia ahora lo confirma: el olor de nuestras emociones afecta su comportamiento. Entender esto permite fortalecer un lazo más consciente y empático.