Aunque los cigarrillos electrónicos son usados como una “opción” para evitar consumir el cigarrillo tradicional, -uno de los formatos más comunes para el consumo del tabaco-; la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe al respecto, y aseguró que estos son peligrosos y que requieren de una reglamentación más severa.
El informe de la OMS asegura que a pesar de que varios países están progresando en la lucha contra el tabaco, aún existen varias áreas por cubrir, más específicamente, los productos emergentes de nicotina y tabaco, dado que no están siendo regulados.
Hay que recordar que las seis medidas de control del tabaco recomendadas por la OMS son: vigilancia del consumo de tabaco y las medidas preventivas; proteger a las personas del humo del tabaco; ofrecer ayuda para dejar de fumar; advirtiendo sobre los peligros del tabaco; hacer cumplir las prohibiciones de publicidad, promoción y patrocinio; y aumento de los impuestos al tabaco. La organización afirma que al menos más de cuatro personas están cubiertas por al menos una de las medidas recomendadas, esto en comparación con el 2007.
A pesar de que estas recomendaciones son empleadas, ahora, parece que existe un “nuevo enemigo”, pues la OMS compartió datos sobre los sistemas electrónicos de administración de nicotina, como: los cigarrillos electrónicos.
“Estos productos a menudo son comercializados para niños y adolescentes por las industrias tabacaleras y afines que los fabrican, utilizando miles de sabores adictivos y afirmaciones engañosas sobre los productos”, comunicó la OMS.
Al ofrecerse y distribuirse estos productos en edades tan tempranas, a la OMS le preocupa que los niños que consumen cigarrillos electrónicos tengan hasta tres veces más probabilidades de consumir productos de tabaco en el futuro.
El dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS, dijo: “La nicotina es muy adictiva. Los sistemas electrónicos de administración de nicotina son dañinos y deben estar mejor regulados”.
La OMS recomienda a los gobiernos que se implementen regulaciones más severas para evitar que aquellos que no consumen los cigarrillos o cigarrillos electrónicos empiecen a hacerlo. Con esto, se pretende prevenir la renormalización del tabaquismo en las comunidades y proteger a las generaciones futuras.
“Donde no estén prohibidos, los gobiernos deberían adoptar políticas adecuadas para proteger a sus poblaciones de los daños de los sistemas electrónicos de administración de nicotina y prevenir su asimilación por parte de niños, adolescentes y otros grupos vulnerables”, dijo Ghebreyesus.
Se registra que solamente 32 países han prohibido la venta de los cigarrillos electrónicos, 79 naciones han adoptado al menos una medida parcial para prohibir su uso en lugares públicos, su publicidad y promoción; pero, 84 territorios siguen careciendo de salvaguardas para protegerse de la proliferación de estos productos.
Aun cuando se reconoce que esta lucha es posible, se asimila que no es una tarea fácil. El director del Departamento de Promoción de la Salud de la OMS, el dr. Rüdiger Krech, compartió los desafíos asociados con la regulación. “Estos productos son muy diversos y están evolucionando rápidamente. Algunos son modificados por el usuario, por lo que la concentración de nicotina y los niveles de riesgo son difíciles de regular. Otros se comercializan como ‘sin nicotina’ pero, cuando se prueban, a menudo se descubre que contienen el ingrediente adictivo”.
Se afirma que el tratar de distinguir los productos que contienen nicotina de los que no, es una tarea casi imposible; dado que, este es uno de los métodos como la industria trata de “subvertir y socavar” las medidas de control del tabaco.
