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¿Cómo prepararte financiera y emocionalmente para renunciar al trabajo?

Los cambios en la vida del ser humano pueden traer consigo buenas o mala consecuencias que en conclusión terminan marcando un antes y un después para cada persona y en especial en el campo laboral.

Los cambios en la vida del ser humano pueden traer consigo buenas o mala consecuencias que en conclusión terminan marcando un antes y un después para cada persona y en especial en el campo laboral.

En QPasa.com te contaremos ¿cómo prepararte financieramente y emocionalmente para renunciar al trabajo?

Aunque suele ser más difícil para algunos, hay que mencionar que siempre será una decisión compleja de tomar.

Preparación financiera

Asegúrate de irte por las razones correctas: Tami Simon, líder de consultoría corporativa de la firma de beneficios para empleados ‘Segal’, dice que debes tener claro si estás buscando irte porque buscar más flexibilidad, dinero, responsabilidad o por aprender nuevas habilidades.

Al tiempo, Isabel Barrow, directora de planificación financiera en Edelman Financial Engines, en entrevista con CNN agrega que, las personas deben mirar el peor de los casos para cambiar de trabajo.

“No sabes cuándo vas a encontrar un nuevo empleo y debes saber en qué dirección se está moviendo el campo laboral”.

Antes de dejar un sueldo, crea un presupuesto que detalle tus ingresos y gastos mensuales de efectivo.

Enumera todos tus gastos de vida no discrecionales, incluidos la vivienda, el transporte, los alimentos, los impuestos, las facturas de servicios públicos y cualquier deuda que aún deba cubrirse sin un sueldo, dice Barrow.

La directora de planificación financiera en Edelman Financial Engines, recomienda en tener de 12 a 24 meses de gastos de manutención a mano.

¿A qué beneficios renuncias?

Dejar un trabajo también puede significar renunciar a otros beneficios, incluido el seguro médico.

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Debes recordar que desde que salgas de tu actual empresa, estarás sin seguro médico o en su defecto tendrás la opción de adquirir el seguro del Gobierno.

“Es muy importante que lo consideres como parte de tu presupuesto general antes de dejar tu trabajo”, dijo Isabel Barrow.

Las deudas

Si tienes compromisos económicos que no puedan dar espera, debes programar te y tener un respaldo hasta de un año para responder por ello.

Barrow, sugiere evaluar las deudas, especialmente las de tarjetas de crédito. “Debes tratar de abordar eso y deshacerte de ellas antes de dejar el trabajo”.

Lo que debes evitar es que te toque elegir entre el pago de hipoteca o de tarjeta de crédito, subrayó la experta.

Preparación Emocional

Muchos psicólogos recomiendan a las personas tener una charla consigo mismo, porque esta situación puede traer síntomas de estrés, ansiedad y depresión que generar una ruptura en el equilibrio emocional.

Acepta el cambio

El miedo al cambio de trabajo paraliza a las personas y no solo cuando están a punto de entrar en una nueva empresa, sino que puede aparecer de forma anticipada.

Este miedo acaba haciendo que nunca lleguemos a intentar buscar otro empleo, sino que nos quedemos en el sitio en el que estamos.

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Esta situación es muy negativa si realmente nuestro actual trabajo no nos genera bienestar, sino que se ha convertido en fuente de frustración y estrés.

Reduce el miedo

En la actualidad, el porcentaje de personas que permanecen toda su vida en el mismo puesto de trabajo es casi imperceptible.

El mundo laboral ha evolucionado y a lo largo de nuestro período activo cambiamos varias veces de trabajo.

¿De qué forma podemos reducir el miedo al cambio?

Nada es eterno: Todo cambia. Las personas evolucionan y también lo hacen los puestos de trabajo.

Lo normal es estar durante un limitado tiempo en una empresa y después movernos a otra.

Ser flexible: Adáptate mejor al cambio. Para ello empieza por rutinas diarias que tienes muy marcadas.

Genera alternativas, como sitios nuevos donde desayunar o libros diferentes que leer.

Cambios poco a poco: Los cambios deben ser paulatinos y nunca a la vez. Si el cambio de trabajo va acompañado de un cambio de barrio o de ciudad, intenta hacerlo paso a paso.

Todo a la vez genera una ansiedad poco asumible y difícil de manejar.

Invertir en ti: Dedica en esta fase más tiempo al ocio, a la soledad y a ti mismo. No abandones tus rutinas, especialmente con la actividad física o la alimentación.

Lo que debes controlar no es el cambio en sí sino tus emociones al respecto.

Apóyate en tu círculo cercano: La familia o los amigos son fuentes de bienestar. Busca hacer más planes o poder contar con un espacio seguro donde expresarte y en el que sientas que eres escuchado y respetado.

Expresa lo que sientes, pero sin caer en la autocompasión o la culpa.

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