¿Alguna vez has sentido que puedes verte desde afuera de tu cuerpo? Posiblemente te haya sucedido, o a alguien conocido o quizás lo hayas visto en alguna película.
Pues a esta condición se le conoce con el nombre de despersonalización, que suele concebirse como una alteración en la forma habitual que la persona tiene de percibirse a sí misma y a su cuerpo.
Es la sensación, generalmente temporal, de ‘perderse a uno mismo’, notarse ‘distinto’, ‘raro’ o ‘como en un sueño’. La persona se siente desapegada de la experiencia y se convierte en un testigo de procesos mentales y sensaciones corporales que no parecen suyas, como sucede a veces cuando soñamos.
Sin embargo, en algunos casos, esto puede pasar de ser solamente una fugaz ‘experiencia’ a un estado mucho más serio. Ya que cuando estas sensaciones siguen apareciendo o nunca desaparecen del todo y afectan la capacidad de desenvolverse, se considera que es una persona que padece un trastorno de despersonalización-desrealización.
Síntomas
Los síntomas del trastorno de despersonalización suelen ser episódicos y aumentan y disminuyen en intensidad. Los episodios pueden persistir solo algunas horas, días o semanas o a veces varios años.
No obstante, en algunos pacientes, los síntomas están constantemente presentes con una intensidad que no cambia durante años o décadas, y que incluyen:
- Sentimientos de que eres un observador externo de tus pensamientos, sentimientos, tu cuerpo o partes del cuerpo, por ejemplo, como si estuvieras flotando en el aire encima de ti mismo.
- Sensación de que eres como un robot o no tienes control del habla o de los movimientos
- La sensación de que el cuerpo, las piernas o los brazos parecen distorsionados, agrandados o encogidos, o que la cabeza está envuelta en algodón.
- Entumecimiento emocional o físico de los sentidos o las respuestas al mundo que te rodea.
- Sensación de que los recuerdos carecen de emoción y que pueden o no ser tus propios recuerdos.
¿A qué se debe el trastorno de despersonalización?
Por lo general, el trastorno de despersonalización suele presentarse como consecuencia de un suceso estresante. Así, personas que han sufrido traumas, abusos o maltratos, pueden llegar a desarrollar este tipo de desorden.
Más concretamente, está demostrada una fuerte relación con casos de estrés postraumático y abusos sexuales en la infancia. También se relaciona, aunque en menor medida, con otro tipo de traumas en la infancia como por ejemplo haber sufrido abandono, ser testigo de violencia doméstica, o la pérdida repentina de un ser querido.
También puede manifestarse como consecuencia de sucesos no acontecidos durante la infancia. En estos casos, es frecuente que se dé tras episodios de estrés grave, depresión, trastorno de pánico o desorden bipolar.
En ocasiones este trastorno también puede surgir como consecuencia del consumo de sustancias estupefacientes. Se ha demostrado que el consumo de cannabis puede dar lugar a estados disociativos, y que a veces estos pueden dar lugar a la aparición de un trastorno de despersonalización permanente, cuya duración se mantiene en el tiempo.
¿Cuándo consultar al médico?
Los sentimientos pasajeros de despersonalización son frecuentes y no son necesariamente un motivo de preocupación. Pero los sentimientos constantes o intensos de desconexión y distorsión del entorno son un signo de trastorno de despersonalización u otro trastorno físico o de salud mental.
Por eso, es importante consultar a un especialista si tienes sentimientos de despersonalización que tienen estas características:
- Te alteran o perturban emocionalmente.
- No desaparecen o son recurrentes.
- Interfieren con el trabajo, las relaciones o las actividades diarias.
¿Cómo se trata este trastorno?
Suelen aplicarse tratamientos similares al Trastorno de Estrés Postraumático, precisamente porque en ambas problemáticas existe en origen un evento traumático, y en ambas es común la disociación como mecanismo básico de defensa hacia él.
Pero también se trabajan con el paciente técnicas de distracción o de vuelta al momento actual con la intención de que no se vinculen en exceso con los pensamientos de extrañeza y traten de dejarlos pasar.
Algunos ejemplos serían educar al paciente en recurrir en estos momentos a la lectura, a hacer ejercicio, o a realizar visualizaciones positivas, que es una técnica cognitiva que ayuda a relajar mediante la recreación en la imaginación de escenas que generan una emoción positiva.
Eso sí, sin tratamiento el pronóstico no sería bueno, ya que la base de dicho trastorno está en un conflicto inconsciente en la persona.
Es decir, ella no puede acceder fácilmente al problema que lo originó, precisamente porque su mente, para protegerla del dolor, ha almacenado en un lugar muy profundo el evento traumático, y de ahí viene ese sentimiento persistente de desconexión consigo misma. Pero con tratamiento, el pronóstico es bastante bueno.