Para nadie es un secreto que el mundo atraviesa una gran crisis económica derivada de la pandemia por el covid-19. Sin embargo, las consecuencias que ha traído para Latinoamérica han sido totalmente devastadoras.
No es de extrañar que esta región del continente americano sea una de las más afectadas, especialmente si tenemos en cuenta que la mayoría de los países que la componen vienen de problemáticas socioeconómicas que data de hace décadas.
Sumando estos factores tenemos un coctel explosivo para la pobreza que hoy tiene a 4 de cada 10 latinoamericanos viviendo con inseguridad alimentaria, es decir, que carece de acceso regular a suficientes alimentos.
Esta información que fue dada en el informe anual del Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022 presentado por cinco agencias de Naciones Unidas, aumenta la preocupación por la situación actual de América Latina.
“La situación es extremadamente grave. En solo dos años, 13 millones de personas han caído en el hambre”, sostuvo el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué.
“Todavía tenemos que prepararnos para los impactos de la crisis alimentaria actual, incluida la guerra en Ucrania”, añadió en la presentación del informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Centroamérica y el caribe, la zona más susceptible
Según los datos del PMA, de los 2300 millones de personas que se van a dormir cada noche con hambre o sin la suficiente cantidad de alimentos para desarrollar su vida de manera normal, el 11% se encuentra en América Latina y el Caribe.
No obstante, aún con estás cifras, la zona correspondiente al Caribe es la más perjudicada con más de un 16% de su población mal nutrida. En el resto del continente, la cifra es cerca de la mitad.
Para el Programa Mundial de Alimentos, la principal preocupación es el hecho de que millones de personas no pueden acceder a una cesta de alimentos adecuada. Por ejemplo, sólo en los últimos meses, el coste de una tonelada métrica (de productos alimentarios) ha aumentado un 54% en la región.
La canasta básica de alimentos es ahora considerablemente más cara, dejando a muchos sin poder asegurar su ingesta diaria. La inflación de los alimentos en la región oscila ahora entre el 11% y un asombroso 26,6% en algunos países, como es el caso de Haití.
Según las perspectivas para junio septiembre de 2022 sobre los focos de hambre en el mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y PMA, la situación en Honduras y Guatemala requiere un monitoreo cercano, ya que los sectores agrícolas de estos países están significativamente expuestos a los elevados precios internacionales de los alimentos y del suministro agrícola durante la temporada de escasez (marzo-agosto).
Con el pico de la temporada de huracanes a la vuelta de la esquina, los posibles impactos de las tormentas podrían agravar una situación alimentaria y nutricional ya grave en el norte de Centroamérica.
Exposición a la crisis financiera
Según la ONU, de las 69 economías con grave exposición a las crisis alimentarias, energéticas y financieras, 19 se encuentran en la región de América Latina y el Caribe.
Esta coyuntura, unida a la reducción del espacio fiscal, que en este momento impide a los gobiernos ampliar los sistemas de protección social como hicieron de forma muy eficaz en respuesta a la pandemia de COVID-19, está empujando a muchas personas a la pobreza y a buscar mecanismos alternativos para hacer frente a la situación, como la migración.
Las encuestas llevadas a cabo por el PMA en los países en los que tiene presencia muestran que, en promedio, el 15% de las personas en la región expresaron su deseo de migrar, un aumento del 4% desde el año pasado. En el caso de Centroamérica, esa cifra es mucho mayor, un 43%.