“Entre gustos no hay disgustos” reza un popular adagio. Sin embargo, hay placeres que están fuera de lo común y que generan admiración en la mayoría de las personas.
No obstante, algunos expertos han sugeridos que estos ‘raros gustos’ generalmente están asociados a reacciones físicas de nuestro cuerpo.
Si quieres saber más, en Q’ Pasa te contamos cuáles son las cosas más extrañas que causan placer a las personas.
Ver películas de terror
Las películas de terror presentan un gran atractivo para la mayoría de la gente. Se trate de fantasmas, zombies o asesinos seriales, la sensación que provoca un film es a la vez aterrorizante y placentera.
¿La razón? Hay una atracción morbosa en ver situaciones aterrorizantes, pero a la vez con la tranquilidad subconsciente de saber que sólo se trata de una película. La psicología ha estudiado este fenómeno y se han encontrado diversas causas para esta afición.
El miedo es la emoción más básica y antigua de todas, es un mecanismo de protección y de defensa, necesaria para la supervivencia de la especie. Pero buscar experimentar esa sensación a propósito puede suponer la intención de entender nuestros temores, enfrentarnos a los miedos en un ámbito protegido.
Rascarse
¿por qué es tan placentero rascarse? Sucede que el cerebro no tiene una zona específica destinada al prurito, sino que este se encuentra dentro de una red neurológica, que se extiende por las zonas más profundas del cerebro.
Esta red une la sensación de picor y la acción de rascarse. La picazón se aloja en el área del cerebro donde se procesan las sensaciones más primitivas de todas las especies: el dolor y el placer.
Escuchar canciones tristes
Se ha dado por hecho que experimentar tristeza luego de escuchar cierto tipo de música se debe a la asociación que establecemos de forma inmediata con nuestras memorias, o bien a la similitud entre el contenido lírico y nuestra situación actual.
Sin embargo, este sesgo excluye la posibilidad de sentir tristeza o verse emocionalmente afectado al escuchar música desconocida, ritmos o instrumentos con los que no estamos familiarizados, algo que — curiosamente — sí ocurre.
En un estudio publicado en la revista científica Frontiers in Psychology, Eerola, Vuokoski y Kautianein exponen los resultados de una investigación llevada a cabo para determinar los efectos que produce en nuestro estado anímico la música con la que no estamos familiarizados, una iniciativa que ha guiado a conclusiones interesantes y que ha rescatado, por otro lado, la vieja paradoja del “placer en el dolor y el dolor en el placer”.
Montar en montañas rusas
El disfrute de las montañas rusas se vincula a la búsqueda de sensaciones; es decir, las personas disfrutan de experiencias físicas variadas, novedosas e intensas, tal como el salto en paracaídas.
En un primer momento, se pudiese pensar que lo que más disfrutan las personas es la velocidad, sin embargo, esto parece reduccionista. Por tanto, lo que parece mantener este comportamiento es el disfrute de las sensaciones de miedo que se experimentan cuando se está en una montaña rusa.
Las sensaciones de miedo incluyen aceleración cardiorrespiratoria y un impulso de energía que se relaciona a la liberación de glucosa en sangre, lo que se corresponde con respuestas biológicas de lucha o huida.
Olor a gasolina
Oler gasolina es una acción que indirectamente mucha gente disfruta e inclusa les causa placer. La razón aparentemente radica en el benceno uno de sus componentes.
Una teoría indica que el benceno tiene un efecto físico sobre los receptores nerviosos que detectan el olor.
El benceno y otros hidrocarburos, cuando se inhalan, tienen un efecto supresor sobre el sistema nervioso, lo que resulta en una sensación temporal de euforia. Produce una sensación placentera que no es diferente al alcohol o una gran cantidad de otras drogas.
Comida picante
Mientras más picante, mayor el placer, según expertos consumir chile estimula liberación de endorfinas sustancias propias del cerebro que producen sensación de placer, por lo que es difícil dejar de consumirlo.
Además, comer chile ayuda a aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, de ese modo mientras más picante sea, mejor es la sensación de bienestar que causa.
Explotar granos y puntos negros
Por mucho que los dermatólogos adviertan sobre los problemas de hacerlo, son muchas las personas a las que les gusta reventar granos de pus (propios y ajenos). Por muy asqueroso que pueda parecer, es una realidad.
Sobre este raro gusto, algunos especialistas llevan tiempo señalando que hay personas a las que les gustan las experiencias desagradables tanto a nivel emocional como físico.