Llegar a Estados Unidos y hacer una vida en este territorio, es el sueño de miles de personas alrededor del mundo. Es tal su deseo que sin importar la forma en que se llegue, harán todo lo posible por quedarse, aunque eso signifique infringir la ley y vivir como indocumentado.
Con esta realidad ineludible, los números de los migrantes aumentan de forma exponencial cada año, especialmente de la población procedente de Centroamérica, quienes hacen lo imposible por cruzar la frontera y desembarcar en tierra yankee.
En este contexto, los estados que presentan mayores números de ingresos irregulares de migrantes han decidido endurecer sus políticas migratorias, haciendo que los accesos de estos expatriados sean cada vez más limitados, como es el caso de Florida y Texas.
A pesar de esta situación, si hay otros lugares que permiten que trabajadores con documentación estadounidense o no accedan a múltiples oportunidades laborales.
Además, por ley, hay servicios como el relacionado con la salud y la educación que son completamente invulnerables sin importar la condición de quien los requiera.
Salud
La provisión y utilización de servicios de salud por parte de personas indocumentadas varía según la entidad y localidad de residencia, pero existen denominadores comunes que determinan la forma en la que deben ser tratados.
Los profesionales médicos no deberían preguntarle acerca de su situación migratoria. Se les prohíbe que compartan su información personal, incluyendo su situación migratoria, con otras personas.
Hay clínicas médicas que ofrecen servicios gratuitos o de bajo costo, a menudo independientemente de la situación migratoria de la persona. Si necesita recibir atención de emergencia, también puede acudir a una sala de emergencia.
Asimismo, tiene derecho a los servicios de un intérprete sin costo alguno cuando reciban atención médica.
Trabajo
Para empezar, todo trabajador, inmigrante o no, indocumentado o no, tienen el derecho a saber el salario mínimo por hora en cada estado, pero tiene que saber que el salario mínimo federal es de 7.25 dólares por hora, una tasa que no se ha movido desde 2009.
El patrón no puede pagar menos del mínimo, con excepción si se trata de un restaurante y reciba propinas, o le paguen por obra.
Si el trabajador hace más de 40 horas a la semana, el patrón deberá pagarle tiempo extra, que es el 50 por ciento de su salario por cada hora.
En caso de lesión en el trabajo, el patrón está obligado también a pagar todos los gastos médicos, incluidos los viajes para ver al doctor, y dos terceras partes por el tiempo de incapacidad, si es que fueron más de 7 días.
Además, hay varios programas que permiten a los migrantes acceder a trabajos en servicios postales o cuidado de niños y personas de la tercera edad.
Asimismo, algunas empresas manufactureras y fábricas permiten a los inmigrantes acceder a puestos laborales en los que la remuneración no supera el sueldo mínimo, aunque en muchas oportunidades tanto empleador como trabajador se exponen a multas por parte del estado.
En referencia a los requisitos, muchas veces con la hoja de vida del trabajador y la experiencia en un empleo similar suelen ser suficientes para acceder a un empleo en Estados Unidos.
Educación
Si hablamos de educación, de acuerdo con las leyes estadounidenses, todos los niños sin importar su estatus migratorio tiene derecho a asistir a la escuela pública, a solicitar la admisión a institutos de educación superior y a universidades en la mayoría de los estados.
Al mismo tiempo. tienen derecho a las garantías otorgadas a los ciudadanos estadounidenses en virtud de la Constitución de los Estados Unidos, especialmente en lo que respeta a la privacidad y el derecho al debido proceso.
Es decir, como otro beneficio para los indocumentados que aspiren a la educación en Estados Unidos, la Ley de Privacidad y la Ley sobre los Derechos Educativos de la Familia le exigen que los archivos migratorios de un estudiante no sean entregados a los agentes federales, salvo que el centro educativo cuente con el consentimiento de los padres.
Vivienda
Este proceso mayoritariamente suele ser complejo e implica un largo lapso temporal en el que los migrantes reciban la aprobación por parte de un condado o estado.
En la primera alternativa están las pensiones o centros comunitarios, donde no se exigen un monto sumamente alto para vivir o donde sencillamente no existe un precio de alquiler.
La segunda alternativa es optar a una hipoteca, que va ligada a los servicios económicos, laborales y educativos a los que pueden acceder migrantes, en donde las entidades financieras puden facilitar préstamos máximos de 100.000 dólares.
Aún así, acceder a estos beneficios suele ser en la mayoría de los casos muy complicados y pueden tardar años. Estos procesos algunas veces se facilitan si algún solicitante cuenta con documentación estadounidense.