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Crisis energética en Londres

Ofgem, regulador del sector energético británico informó que la tarifa máxima que los proveedores de energía podrán cobrar a los usuarios se extenderá a un 80% desde el primer día de octubre.

El regulador del sector energético británico informó que las compañías podrán incrementar sus precios hasta 4.202 euros a partir de octubre.

Esto sucede en un contexto donde existe un vacío de poder tras la salida de Boris Johnson y prosigue el encarecimiento de vida.

Desde Downing Street informaron que “la ayuda va en camino” por las potenciales medidas que se tomarán cuando se designe al nuevo primer ministro el próximo 6 de septiembre.

Ofgem, regulador del sector energético británico informó que la tarifa máxima que los proveedores de energía podrán cobrar a los usuarios se extenderá a un 80% desde el primer día de octubre.

Las cifras se ampliarían hasta 4.202 euros mensuales, un costo muy superior a los 2.325 actuales.

Provocando así un encarecimiento del coste de vida que profundiza la crisis económica y le fija desafíos al próximo primer ministro.

Esto se da en un marco donde hay un vacío de poder en el país luego de la dimisión de Boris Johnson y cuando diversos sectores de trabajadores optaron por la huelga como método de protesta para exigir mejoras salariales para paliar la difícil situación.

Para Jonathan Brearley, consejero delegado de Ofgem, instó a que la próxima autoridad británica ejecute “una respuesta urgente ante el continuo aumento de los precios”.

“Los niveles récord del costo de la energía por causa de “un acto económico agresivo del Estado ruso”, agrega Brearley.

Jonathan explica que, “esta situación ha cortado lenta y deliberadamente el suministro de gas a Europa causando daños a nuestros hogares, empresas y la economía en general”.

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Medidas excepcionales

El ministro de Economía, Nadhim Zahawi, advirtió el malestar que generará en la población esta subida de precio, pero avisó que “la ayuda está en camino”.

No obstante, los especialistas estiman que la inflación interanual, que actualmente está en 10,1%, puede alcanzar más del 13% en diciembre.

Para enfrentar la situación, el Banco de Inglaterra subió los tipos de interés de 1,25 a 1,75%.

La Bolsa de Valores de Londres sufrió una recaída del 0,70% en el cierre de este viernes posteriormente a que se conociera el disparo del cobro máximo en el rubro energético.

Se necesita un auxilio urgente

Las empresas energéticas británicas suspiran por un rescate estatal. Con las facturas medias anuales de los clientes ya un 50% por encima de su nivel de 2021.

Compañías como EDF y Centrica quieren que los políticos aprueben un paquete de ayudas que, en teoría, podría superar los 100.000 millones de libras (118.000 millones de euros).

Es lógico, ya que la subida de los precios mayoristas hace que las facturas sean cada vez más altas, pero el acuerdo implica una contrapartida.

Los proveedores de energía y los políticos están a punto de llegar a un consenso sobre el llamado “plan de déficit tarifario”, cuentan fuentes cercanas.

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Según el plan, los 29 millones de hogares británicos tendrían la factura de la luz limitada a su nivel actual de 1.971 libras (2.325 euros).

Los bancos privados o el Gobierno prestarían a un fondo, que adelantaría a los proveedores la diferencia entre los precios de la energía al por mayor y lo que pagan los clientes.

Los grupos energéticos devolverían el dinero al fondo a medida que la crisis remitiera, cobrando a los clientes un incremento en sus facturas durante una década aproximadamente.

La crisis se extiende por toda Europa

Europa está inmersa en la búsqueda de soluciones a la crisis energética.

La fórmula mágica no existe y, consciente de ello, el bloque se enfrenta al reto de dar con medidas efectivas para todos.

Por un lado, aliviar los precios del mercado y, por otro, buscar un nuevo enfoque que funcione a medio plazo.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se ha mostrado contundente y ya ha puesto sobre la mesa una intervención de emergencia del mercado eléctrico.

Para perfilar ese nuevo sistema, los ministros de Energía comunitarios se reunirán el 9 de septiembre. Hay varias opciones sobre la mesa y también distintos posicionamientos.

Esa situación ha aflorado desde el principio de la crisis y un claro ejemplo de ello es Alemania.

La locomotora europea tiene una gran dependencia de las importaciones rusas, mientras que países como España o Portugal se benefician del gas que llega vía marítima -la conocida isla energética- y están menos expuestos a los flujos de esos gasoductos.

Por eso, el nivel de dependencia de los combustibles fósiles es una de las cuestiones clave para buscar soluciones y, también, la capacidad renovable de cada miembro.

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