Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales en los Estados Unidos sitúan la tasa de participación en la fuerza laboral un 1,0 punto porcentual por debajo del nivel de febrero de 2020.
Lo anterior, quiere decir que las personas están renunciando y en algunos sectores esas vacantes no han llenado.
La escasez de trabajadores es evidente en las industrias hotelera y de servicios, en puestos como lavaplatos, camioneros, trabajadores minoristas, servidores de alimentos, entre otros.
Esto se debe, dicen los expertos a que las personas buscan mejores trabajos; salarios más altos, mejores condiciones, explica un informe de la BBC Mundo.
Los que reflexionan sobre este tema, dicen que, “si los sectores más afectados quieren recuperar a sus trabajadores, deben encontrar formas de hacer que sus lugares de empleo sean más atractivos”.
¿Nadie quiere trabajar en estos empleos?
En EE.UU., los datos muestran que ha sido difícil durante mucho tiempo ser un trabajador de servicios.
En 2020, los empleados de mostradores de comida estadounidenses a tiempo completo ganaron, en promedio, US$23.960 al año, cantidad que no supera la línea de pobreza para un hogar de cuatro personas.
Las horas semanales rara vez se han garantizado, lo que dificulta que tengan ingresos seguros para cubrir sus gastos.
Lo anterior, explica en parte, el hecho de que la tasa de deserción (en otras palabras, la tasa a la que las personas se van como porcentaje del empleo promedio anual) ha sido alta en las industrias de servicios.
¿La pandemia causó este revuelo?
Los minoristas que permanecieron abiertos enfrentaron interrupciones en la cadena de suministro y subidas y caídas en la demanda de los clientes.
Menos empleados tuvieron que trabajar más horas y el aumento de las horas extra contribuyó al agotamiento.
Con las escuelas cerradas y el transporte público reducido, algunos empleados se debatían entre la falta de cuidado de niños y un trayecto al trabajo más difícil.
Lo cierto, es que en medio de la pandemia nacieron otras formas de negocios que surgieron desde internet.
Serge da Motta Veiga, profesor de gestión de recursos humanos en la Escuela de Negocios EDHEC de París, dijo “en la industria hotelera, por ejemplo, es muy difícil reemplazar a alguien que está en la recepción de un hotel con alguien que trabaja virtualmente”.
Eso significaba que los trabajadores de servicio de primera línea, obligados a interactuar con colegas y clientes mientras todos los demás se refugiaban en casa.
La deserción
Durante los últimos dos años las tasas de deserción se han disparado, en 2021, el 64,6% de los trabajadores minoristas, renunciaron, mientras que el 86,3% de los empleados de servicios de alojamiento y alimentación, dejaron sus puestos.
Si bien la seguridad y la miseria en general fueron los factores principales, no fueron las únicas razones del éxodo masivo.
Las personas también anhelan la estabilidad, que es difícil de encontrar en un trabajo de bajo salario.
De acuerdo con un estudio de 2019, los trabajos de salario mínimo tienen una tasa de rotación de más del doble del promedio nacional en Estados Unidos.
“Esos trabajos son precarios”, dice da Motta Veiga. “La seguridad laboral se ha convertido en lo principal que la gente quiere”.
Lo cierto, es que la escasez de personal ha dejado a muchas empresas a merced de quienes trabajan.
Con el mercado laboral tan inclinado a favor del trabajador, ha sido más fácil dejar un trabajo y encontrar otro, reduciendo aún más el incentivo para que las personas regresen a los trabajos.
Lo que están haciendo las empresas
Muchos empleadores instituyeron bonos de contratación en 2021, Amazon anunció que pagaría bonos de US$1.000 para los trabajos de almacén y transporte.
Hilton Hotels comenzó a ofrecer bonos de US$500 y más para los asistentes de habitación y otro personal.
Centrarse únicamente en el dinero, sostiene da Motta Veiga, es miope. Si bien las personas quieren que se les pague lo que creen que vale su tiempo y energía, las empresas también deberían “preguntarles a las personas: ‘¿Qué quieres? ¿Cuál es tu prioridad?
“Estaban pensando que cuando se relajara, todos volverían a aparecer, pero en realidad los empleados dicen: ‘¿Sabes qué? no te quedaste conmigo. No voy a volver contigo'”, explica.