Nueva Zelanda introducirá gradualmente una prohibición para los fumadores a partir del próximo año.
La norma aprobada por el Parlamento neozelandés implica que cualquier persona nacida después de 2008 “jamás podrá comprar cigarrillos o productos de tabaco en el país”.
A medida que aumente la edad mínima para comprar cigarrillos, la cantidad de personas que podrá hacerlo se reducirá cada año.
La ministra de Salud, Ayesha Verrall, dijo a la BBC Mundo que, quien presentó el proyecto de ley, señaló que era un paso “hacia un futuro libre de humo”.
Agregó la funcia que, “miles de personas vivirán vidas más largas y saludables y el sistema de salud se ahorrará 5.000 millones de dólares neozelandeses (3.200 millones de dólares estadounidenses)”.
Solamente el 8% de los adultos fuma diariamente, según las estadísticas del gobierno publicadas en noviembre, una reducción del 9,4% con respecto al año pasado.
Se espera que la nueva legislación, llamada Proyecto de Ley de Ambientes Libres de Humo, reduzca el porcentaje de adultos fumadores a menos del 5% para 2025.
El objetivo a largo plazo es eliminar la práctica por completo, explicó la ministra de Salud a la BBC.
Disminución de la comercialización
El proyecto de ley limita la cantidad de comercios que pueden vender productos de tabaco, que se reducirá de 6.000 actualmente a 600 en todo el país.
Asimismo, se lee en la BBC que “se disminuirán los niveles de nicotina en los productos de tabaco para hacerlos menos adictivos”.
La funcionaria del Ejecutivo dijo que “esto significa que la nicotina se reducirá a niveles no adictivos y las comunidades estarán libres de la proliferación de minoristas que apuntan a la venta de productos de tabaco”.
La tasa general de tabaquismo entre los ciudadanos maoríes es actualmente del 19,9 %, por debajo del 22,3 % del año pasado.
Esta nueva legislación no prohíbe los cigarrillos electrónicos, que son mucho más populares entre las generaciones más jóvenes que los cigarrillos.
Otros países con normas similares
Australia también está haciendo cada vez más dura su ley antitabaco. Aquí, quienes tiren colillas al suelo se enfrentan a multas de entre 330 y 660 dólares.
También está prohibido fumar, además de serlo en espacios públicos, en algunas de sus zonas comerciales.
En Reino Unido tienen como objetivo que no haya fumadores para 2030. El país británico podría convertirse en el primero en recetar cigarrillos electrónicos, como una de sus medidas para que la población deje de fumar.
Bélgica es uno de los países con leyes cada vez más estrictas. Ya no solo mantiene la prohibición de fumar en restaurantes, bares o cafeterías, sino también se incluye en establecimientos en los que se venden bebidas.
En 2020, Bruselas anunciaría que aquellos que tiraran colillas al suelo, serían multados con cifras desde los 200 euros.
Estados Unidos es otro de los peores lugares para los fumadores a día de hoy. Desde 1964, el país está en continua lucha contra el tabaquismo, con leyes cada vez más severas.
Por ejemplo, San Francisco (California) decidió prohibir a sus vecinos fumar tabaco en casa si viven en edificios de tres o más apartamentos para evitar los efectos del humo en terceros.
Además, más de la mitad de los estados norteamericanos ya implementaron la prohibición de fumar en lugares públicos.
En sitios como Nueva York, se venden cigarrillos a precios muy elevados, la edad para comprar el producto es a los 21 años y hasta se han prohibido los cigarros electrónicos en lugares públicos.
Los daños en la salud
El cigarrillo produce daños en casi todos los órganos del cuerpo y es la principal causa prevenible de muerte prematura en los Estados Unidos.
A pesar de la disminución de las tasas de tabaquismo, se estima que fumar contribuye a unas 480.000 muertes anuales.
Los fumadores mayores de 60 años tienen un índice de mortalidad dos veces más alto que quienes nunca han fumado y se estima que mueren aproximadamente 6 años antes.
Dejar de fumar genera beneficios inmediatos para la salud, y es posible recuperar todas o algunas de las reducciones de la expectativa de vida según la edad a la que la persona deje de fumar.