El crecimiento poblacional y el atraso en la inversión de movilidad urbana han puesto a Bogotá en el primer lugar del ranking de ciudades con peor congestión en Latinoamérica, y una de las primeras a nivel global.
La capital de Colombia, Bogotá, ocupó el cuarto lugar en el mundo y el primero en América Latina como la ciudad con peor congestión, según el estudio Global Traffic Scorecard, realizado por la empresa de análisis de transporte INRIX.
Según la encuesta, los conductores en Bogotá pasan 11 días y 272 horas al año dentro de sus autos, debido al caótico tránsito de la ciudad.
Se analizaron las tendencias de congestión, movilidad urbana, actividad y densidad de más de 200 ciudades en 38 países con datos recopilados durante dos años seguidos que proporcionaron una comparación del tráfico y la congestión. Las clasificaciones se basaron en el número total de horas perdidas en el tráfico durante las horas pico en comparación con los períodos de flujo libre, así como la velocidad promedio y el tiempo requerido para conducir durante las horas pico al centro de negocios de las ciudades analizadas.
¿Cómo ha estado el trafico recientemente?
En algunas calles de Bogotá durante las últimas semanas el tráfico anduvo a un promedio de 2 kilómetros por hora en horario punta, un poco menos de la velocidad promedio del ser humano cuando camina.
El promedio general de la capital colombiana es, según los conteos oficiales, alrededor de 20kph. Algo más que la velocidad media a la que va una bicicleta.
Esto, añadido a otros matices tenidos en cuenta en las mediciones, hace que Bogotá tenga, según el índice de tráfico Tomtom, la peor movilidad de América y la cuarta peor del mundo, después de Estambul, Moscú y Kiev.
El informe estableció que “la congestión es un fenómeno global generalizado que se ve afectado dramáticamente por factores como la población, la economía, la infraestructura y la proliferación de servicios de entrega y viajes compartidos. También impone costos masivos tanto económica como socialmente”.
La justificación del gobierno
En agosto, Bogotá entró en una nueva crisis de movilidad. Más de 500 construcciones que buscan aliviar el tráfico están en marcha: puentes, túneles, ciclovías, más transporte público y, después de décadas de intentos fallidos, una primera línea del metro.
“Bogotá tiene obras que tenían un atraso de 50 años”, dijo la alcaldesa, Claudia López, cuando iniciaron labores en mayo. “Hoy, junto al presidente Iván Duque, se anunció la mayor inversión en la historia de Colombia en infraestructura”.
Luego, en una entrevista, López añadió: “Bogotá estará 10 años en obras y por eso nos toca tener paciencia y organizarnos”.
Y ciertamente que le dieron a la capital colombiana el título de peor tráfico de América Latina son los altos índices de urbanización, el crecimiento en los niveles de asentamientos informales, la topografía de la ciudad y la falta de inversiones financieras. Bogotá creció rápidamente y sin planificación urbana y sin transporte público, además de ser el lugar con mayor número de habitantes por kilómetro cuadrado de América Latina.
Transmilenio como una solución insuficiente
Una de las esperanzas para aliviar el tráfico en la ciudad es el transporte público rápido masivo llamado Transmilenio. Sin embargo, los especialistas tienen opiniones divergentes sobre esta solución, y quienes condenan la alternativa afirman que la falta de inversión en infraestructura hace que el recurso sea ineficiente.
El director del centro de estudios Fundación Despacio, Darío Hidalgo, dijo estar sorprendido de que Bogotá esté por delante de Ciudad de México y São Paulo en el ranking.
Cree que el liderazgo negativo de la ciudad se debe a que la encuesta se centró en analizar la cantidad de conductores, ya que, según él, solo el 13% de los bogotanos usa automóvil a diario. A pesar de su desacuerdo con el estudio, el especialista reconoce que hay problemas de movilidad; asimismo, afirma que “Bogotá fue líder en movilidad sostenible a principios de la década pasada, pero se volvió un poco letárgica”, dijo Hidlago.
Por otra parte, Mario Noriega, urbanista, arquitecto, profesor invitado de las universidades de California y Pensilvania y gerente de la consultora Mario Noriega & Asociados, dijo: “Bogotá es la ciudad más densa de América Latina y la novena ciudad más densa del mundo, eso también lo explica y hace proyectar que la situación empeorará en los próximos años”.
“El tráfico es un caos y en las últimas dos décadas se ha hecho muy poco para cambiar la situación”, agrega.
Con el sistema de buses de Transmilenio se intentó solucionar el problema, explica, pero nunca se ejecutaron obras fundamentales que complementarían el sistema, como la Avenida Longitudinal de Occidente y el metro, continuó.
La opinión de los expertos y los ciudadanos
Los bogotanos, en todo caso, parecen sentirse protagonistas de una historia de terror cada vez que salen de su casa hacia el trabajo. Dos tercios de ellos dice en encuestas estar insatisfecho con Transmilenio. Las quejas por la movilidad dominan la prensa. Los expertos suelen ser arrinconados en los medios para señalar a un exalcalde como “culpable”. Y cada tanto hay un “trancón”, como les dicen en esa ciudad, que se convierte en meme en las redes sociales por esta razón.
“Me encanta vivir en Bogotá. La transición entre Bogotá y la muerte es casi imperceptible”, dice una famosa frase del humorista Santiago Moure.
Según los expertos, los problemas de Bogotá no son muy distintos a los de Ciudad de México, Sao Paulo o Lima, “en todas estas ciudades el transporte público y las avenidas son insuficientes y por mucho que algunas tengan metro o grandes autopistas los atascos son rutina. Ni Londres ni Tokio han logrado resolver su tráfico”, apuntó uno.
*Foto de portada tomada de: infobae.com.