En el vasto mundo de las redes sociales, siempre hay nuevas tendencias que capturan nuestra atención y se vuelven virales en cuestión de segundos.
Una de las últimas tendencias en TikTok es el “Método del Triángulo”, una técnica aparentemente simple que utiliza el lenguaje corporal para crear una conexión especial con las personas, e incluso se dice que puede ser útil en el arte del coqueteo.
Pero, ¿qué es exactamente el Método del Triángulo y cómo puede ayudarnos a generar una mayor cercanía con los demás?
En un mar de videos que abarcan desde recetas y ejercicios hasta teorías de conspiración, no es sorprendente que TikTok también se ocupe de temas como la conexión humana y la psicología interpersonal.
Cuando se trata de agradar a los demás, es importante cuidar nuestra forma de hablar, nuestra apariencia y mostrar amabilidad, empatía y habilidades para escuchar.
Sin embargo, la psicología nos dice que el lenguaje no verbal también juega un papel crucial en nuestras interacciones sociales, y es aquí donde entra en juego el Método del Triángulo.
El Método del Triángulo, como lo describe el médico, escritor y periodista Bruce Y. Lee en Psychology Today, se basa en el contacto visual entre las personas.
Consiste en mirar primero uno de los ojos de la otra persona, luego rápidamente cambiar la mirada hacia su boca y finalmente regresar al otro ojo, formando así el llamado “Triángulo Dorado”.
Esta técnica se supone que facilita el contacto visual, demostrando interés y mejorando la conexión entre las personas.
Si bien el Método del Triángulo puede ayudar a crear una conexión más profunda con los demás, es importante tener en cuenta que no es una fórmula mágica para hacer que todos se enamoren de nosotros.
¿En qué consiste?
Es simplemente una herramienta complementaria que puede utilizarse para generar interés y cercanía, especialmente en situaciones románticas.
Sin embargo, hay otros aspectos clave que también debemos considerar en nuestras interacciones sociales.
Además del contacto visual, es fundamental escuchar activamente, comunicarse de manera efectiva y tratar a los demás con respeto.
Es importante aplicar el Método del Triángulo de manera natural y evitar mirar fijamente o por demasiado tiempo, ya que esto podría causar un efecto contraproducente y hacer que la otra persona se sienta incómoda.
Es relevante mencionar que el Método del Triángulo no funciona para todos los contextos o situaciones.
Por ejemplo, si el objetivo es generar interés de una manera más platónica o amistosa, el contacto visual normal puede ser más efectivo que el enfoque coqueto del Método del Triángulo.
El lenguaje corporal va más allá del contacto visual. Una postura abierta o poderosa puede mostrar autoridad, mientras que una actitud agresiva o inalcanzable puede alejar a los demás.
La sonrisa, genuina y no forzada, también juega un papel clave en nuestras interacciones sociales.
En última instancia, el éxito en nuestras relaciones interpersonales no se basa en trucos o técnicas, sino en ser auténticos y actuar con naturalidad.
El Método del Triángulo puede ser una herramienta útil para establecer conexiones más significativas, pero el verdadero secreto para gustarle a cualquier persona reside en ser uno mismo y mostrar interés genuino por los demás.
Con un enfoque honesto y empático, nuestras relaciones personales pueden florecer y enriquecer nuestras vidas de maneras sorprendentes.
Imagen de portada tomada / Psicología y mente