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México está bombardeando las nubes de sus cielos para luchar contra la sequía

En medio de la lucha contra la sequía que afecta a diversas regiones de México, la estrategia innovadora ha estado captando la atención.

En medio de la lucha contra la sequía que afecta a diversas regiones de México, una estrategia innovadora ha estado captando la atención: el “bombardeo” de nubes.

En el estado de Sinaloa, donde la sequía ha impactado duramente, la Fuerza Aérea Mexicana ha estado llevando a cabo vuelos con aviones especialmente equipados para estimular la formación de lluvia en áreas con estrés hídrico.

Aunque esta técnica ha generado interés, surge la pregunta fundamental: ¿es realmente efectivo el “bombardeo” de nubes para combatir la sequía?

La estrategia, técnicamente conocida como “estimulación de lluvias”, consiste en dispersar una solución química en las nubes para promover la formación de núcleos de condensación y, en última instancia, generar precipitación.

La intención no es crear nubes desde cero, sino influir en las que ya están presentes en la atmósfera. A pesar de los esfuerzos y de los resultados alentadores que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ha reportado, investigadores del campo de las ciencias atmosféricas aún cuestionan su efectividad a un nivel significativo.

La técnica del “bombardeo” de nubes no es nueva. Desde mediados del siglo XX, científicos en todo el mundo han estado experimentando con la modificación del tiempo, buscando formas de influir en la precipitación de lluvia o nieve.

En México, esta estrategia ha sido revitalizada y refinada en los últimos años. La Sader ha estado realizando vuelos aéreos sobre regiones afectadas por la sequía y rociando una solución de yoduro de plata en acetona en las nubes, con el objetivo de estimular la formación de núcleos de condensación y, en consecuencia, aumentar la cantidad de lluvia.

¿Funciona Realmente el “Bombardeo” de nubes?

La Sader ha presentado datos alentadores sobre la efectividad de esta técnica. Según sus informes, en 2023 se han realizado 250 vuelos en 10 polígonos de atención en regiones con estrés hídrico en varios estados del país.

Han observado un incremento de lluvia entre un 35% y 60% respecto a las expectativas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Además, afirman haber logrado una eficiencia del 100% en la generación de lluvia y una efectividad del 93% en la cantidad de polígonos que han recibido lluvias en comparación con las proyecciones.

Sin embargo, los expertos en ciencias atmosféricas enfatizan la necesidad de interpretar estos resultados con cautela.

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El clima es extremadamente complejo y está influenciado por múltiples factores. Las precipitaciones varían año tras año en una misma región debido a condiciones naturales, lo que dificulta la atribución directa de cambios en la lluvia a una única estrategia.

Es importante considerar que un cambio significativo en la precipitación podría ser más de 20%.

La pregunta persiste: ¿es esta estrategia la gran solución a las sequías? Los defensores de la técnica argumentan que ha traído beneficios a zonas con estrés hídrico, incrementando la cantidad de agua disponible para riego agrícola y generando un impacto positivo en la industria ganadera.

También se ha utilizado para mitigar incendios forestales.

Sin embargo, los investigadores advierten que una evaluación a largo plazo es necesaria para determinar la efectividad real de la estimulación de lluvias.

Los cambios climáticos y las variaciones naturales en las precipitaciones hacen que el análisis sea complejo y requiera datos a lo largo de varios años o décadas.

La Sader reconoce que esta estrategia no es la única solución a la sequía, sino una medida de mitigación dentro de un enfoque integral.

Imagen portada tomada, sinembargo.mx

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