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Este pueblo de Pensilvania lleva más de 60 años quemándose 

La ciudad está totalmente deshabitada y no es recomendable visitarlo, pero nunca faltan los curiosos que llegan a indagar.

Centralia, una ciudad del estado de Pensilvania en Estados Unidos se ha convertido en un infierno constante en la que se genera mucho escalofrío por su aspecto fantasma. 

Este lugar abandonado, arde desde 1962 sin parar y en el que vivían más de mil personas en 1980 y que para el año 2021 solo eran 10 según datos oficiales. 

Centralia fue un lugar activo e industrial, donde se destacaba el trabajo minero de carbón, explican medios locales estadounidenses. 

Las reseñas consultadas por esta sala de redacción dan cuenta de que desde 1866 empezó a ser abandonada por la situación en cuestión.  

La historia  

Su trágica historia comenzó en 1962 por causa de un declive económico y cuando se cerraron las minas, trabajadores quemaron basura en el interior de una de éstas que funcionaba como vertedero.  

Lo que explican los expertos es que en este lugar hay carbón antracita, altamente inflamable que de un momento a otro empezó a manifestarse con las humaradas.

Y aunque en los primeros incendios que empezaron a reportar en la ciudad los bomberos lograban apagarlas, siempre se prendían los mismos lugares nuevamente hasta que fueron aumentando los distintos puntos desde donde salían las llamas o el humo. 

Así las cosas, el estado de Pensilvania decidió reubicarlos en otros lugares para ponerlos a salvo. 

Para los especialistas en la materia, Centralia tienen suficiente carbón para seguir prendida 250 años más y que algunos la llaman las puertas del infierno. 

Un dato relevante 

Fue el 14 de febrero de 1981. Ese día, un niño de 12 años llamado Todd Dombowski estaba jugando en el patio de la casa de su abuela, cuando de pronto, percibió una columna de humo que salía de su jardín.  

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Cuentan los datos de la prensa que al omento en que el menor se acercó inmediatamente la tierra se abrió y cayó al fondo hasta salir de ahí. 

Esto lo contó también en un documental al canal History Channel en el que dice que el ver salir el humo le llamó la atención y simplemente se resbaló y cayó. 

El hueco que tenía unos metros de profundidad tenía una raíz de uno de los árboles del jardín de donde el joven se aferró para poder salvar su vida y no quemarse vivo. 

Su primo lo ayudó a salir de ahí, aunque Todd tuvo que ser hospitalizado por haber inhalado gases tóxicos.  

Esta situación llevó a las autoridades de la ciudad a emitir alertas por lo que estaba ocurriendo en diferentes zonas de la pequeña urbe de carácter rural. 

Los últimos habitantes 

En 1992, quedaban allí 50 personas, que se redujeron tan solo a 7, en 2013.  

Para enero del año 2017 la página oficial de la Alcaldía de Centralia, informó que Kathi Womer, una de las residentes de mayor tiempo en ese lugar se iría del pueblo por la situación en mención. 

En ese momento la ciudad quedaba con tan solo 5 habitantes y que se dio luego de que esta familia viera como en el 2002 y 2014 murieron varios de sus amigos en accidentes relacionados con el fuego natural. 

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Este pequeño pueblo tuvo en su momento una Iglesia, dos colegios públicos, varios hoteles, centros comerciales y restaurantes, entre otros sitios de ocio. 

Lo que debes saber 

Como se trata de un lugar con una historia casi fantástica, muchos son las personas que, de paso por la zona, deciden hacer una visita turística. 

Pero si llegas a esta zona te encontrarás con muchos carteles que te advierten de los peligros del lugar y del riesgo que corre tu vida al caminar por cualquier parte de la ciudad. 

Entre los letreros se encuentran algunos que dicen: minas subterráneas, para despistar a las personas y evitar que caminen a ese lugar puntualmente o algunos con avisos como “esta zona podría causarte peligro”. 

  • Imagen de portada tomada/ unilad.com
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