El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, sorprendió al mundo al comer pescado y mariscos en la región de Fukushima, en un esfuerzo por desmentir las preocupaciones sobre la radiactividad en las aguas que se vierten al océano desde la central nuclear de Fukushima.
Este gesto dramático se produjo en medio de la controversia mundial sobre la descarga de agua tratada de la central nuclear al Pacífico, una medida que ha generado preocupación entre varios países, pescadores locales y organizaciones ambientalistas.
El acto del primer ministro japonés, comiendo sashimi de la zona, fue un intento de respaldar la seguridad de los productos marinos y mostrar apoyo a las comunidades pesqueras que han sufrido estigmatización debido a las preocupaciones sobre la radiactividad en el agua.
“Es muy bueno”, declaró Kishida mientras degustaba el pescado fresco y alentaba a otros a consumir los productos marinos japoneses, enfatizando que son “seguros y deliciosos”.
El gobierno japonés ha asegurado que el agua ha sido sometida a un riguroso proceso de tratamiento para garantizar que los niveles de radiactividad sean seguros tanto para la salud humana como para la vida marina.
Este acto del primer ministro ha generado comparaciones con un episodio de la serie animada ‘Los Simpson’, en el cual el personaje ‘Montgomery Burns’ es servido con un pez mutante afectado por la central nuclear de Springfield y no puede consumirlo.
#TheSimpsons
— Captain Planet Solutions (@CaptainPlanet2k) August 31, 2023
Mr. Burns & Japan PM have 2 Eat Toxic Fish 🐟🐟 Treated RadioActive ☢️ Water 💦
Art imitate life
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#Fukushima #japan #Toxic #killuminati #propaganda #NuclearWastewater #Mandelaeffect #homerSimpson #BartSimpson #MontgomeryBurns pic.twitter.com/nnMWOjvfwc
¿Por Qué se Está Vertiendo el Agua de la Central de Fukushima al Océano?
El desencadenante de este controversial proceso de vertido de agua tratada al océano se remonta al devastador terremoto de magnitud 9.0 y posterior tsunami que sacudió Japón en 2011.
Este desastre natural resultó en un accidente en la central nuclear de Fukushima, con millones de toneladas de agua contaminada debido a la forma en que se ha utilizado para enfriar los reactores.
Sin embargo, con el tiempo, se alcanzó el límite de capacidad de almacenamiento de esta agua contaminada, lo que llevó al gobierno japonés a considerar diferentes alternativas.
La opción seleccionada fue verter el agua tratada al océano, aunque este proceso no elimina completamente las sustancias radiactivas, en particular el tritio, cuyos niveles son considerablemente menos peligrosos.
A pesar de que los expertos han afirmado que los niveles de tritio en el agua tratada son seguros, la medida ha sido objeto de rechazo por parte de ecologistas y gobiernos preocupados por sus posibles efectos a largo plazo.
La organización Greenpeace ha denunciado que el gobierno japonés intenta minimizar los riesgos y ha señalado la presencia de otros componentes radiactivos, como el estroncio-90, que aún están presentes en el agua.
Otra alternativa considerada por las autoridades es continuar almacenando el agua en tanques adicionales en la central de Fukushima, lo cual genera preocupaciones debido al alto riesgo sísmico que enfrenta el país.
Además, se evaluó la posibilidad de evaporar el agua mediante calentamiento, pero esto conlleva el riesgo de que el aire transporte nubes radiactivas a regiones más distantes.
La controversia sobre la descarga de agua de Fukushima persiste y sigue siendo un tema de debate en la comunidad internacional, mientras Japón busca soluciones para abordar la situación de manera segura y responsable.
El gesto del primer ministro Kishida, al comer pescado en Fukushima, es un intento de tranquilizar las preocupaciones y respaldar la seguridad de los productos marinos de la región.
Sin embargo, el debate sobre la radiactividad del agua y sus posibles consecuencias a largo plazo continúa siendo motivo de preocupación en todo el mundo.