En la ciudad de Cartagena, la noticia de la trágica muerte de Andrés Mauricio Vega, un estudiante de tan solo 16 años, conmovió a toda la comunidad.
Aunque su vida se vio truncada de manera inesperada, su historia revela un increíble logro que brillará en la historia de su colegio, la Institución Educativa Corazón de María.
Andrés Mauricio Vega, un joven dedicado y esforzado, se encontraba en un momento crucial de su vida.
Estaba esperando ansiosamente los resultados de las Pruebas Saber 11, para los cuales se había preparado arduamente durante varios meses.
Sin embargo, antes de recibir esos resultados, una tragedia inimaginable lo arrebató de este mundo.
Murió ahogado en las playas de Crespo, mientras jugaba al fútbol con amigos y se aventuró en el mar para rescatar el balón, siendo arrastrado por las olas.
La noticia de su fallecimiento impactó a la comunidad, no solo por la tragedia en sí, sino también porque Andrés era un joven brillante.
Se destacaba por su dedicación a superar el estigma de que su colegio no obtenía buenos resultados en las Pruebas Icfes.
El esfuerzo que le dedicó a mejorar sus habilidades de comprensión de lectura y operaciones matemáticas, a pesar de los recursos limitados, era admirable.
Lo que nadie sabía en ese momento es que Andrés había logrado un hito impresionante en la historia de la Institución Educativa Corazón de María.
El promedio general de la institución en las Pruebas Icfes se encontraba en 230 sobre 500 puntos alcanzables, pero Andrés logró una puntuación extraordinaria de 321.
La lamentable pérdida
Esta noticia se dio a conocer a través de un comunicado del colegio, que lamentó profundamente la pérdida de su brillante estudiante.
“Con profundo dolor, expresamos y extendemos nuestras más sinceras condolencias a la familia Vega Julio por el sensible fallecimiento de nuestro estudiante, quien cursaba el grado 11”, indicó el colegio en su comunicado.
La parroquia San Francisco de Asís, donde Andrés prestaba servicios como monaguillo, también se unió a las muestras de afecto y reconocimiento hacia el joven.
La iglesia agradeció a Andrés por su vida de servicio y por su compromiso desde los 10 años. Su partida dejó una profunda huella en la comunidad religiosa.
“Gracias, Andrés, por una vida de servicio, por ese sí que le diste al señor desde los 10 años y que, día a día, fuiste confirmando. Solo nos queda recordar los buenos momentos”, agregó la Iglesia.
A pesar de su trágica partida, su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que lo conocieron, y su logro académico se convertirá en una fuente de inspiración para las futuras generaciones de estudiantes en la Institución Educativa Corazón de María.