El pasado domingo 10 de diciembre, un segundo derrumbe en la zona cercana a Machu Picchu, en el distrito de Santa Teresa, provincia de La Convención, Cusco, bloqueó una carretera, dejando a turistas varados. Afortunadamente, la vía fue restablecida el lunes 11, sin reportes de heridos o desaparecidos hasta el momento.
Este incidente se suma al sucedido días atrás, donde tres personas fueron reportadas como desaparecidas y alrededor de 100 familias resultaron afectadas.
Miguel Oscco, director de la Oficina Regional de Gestión del Riesgo de Desastres y Seguridad del Gobierno Regional de Cusco, confirmó la situación y detalló que una persona estaba en la zona durante el derrumbe, mientras que las otras dos se encontraban en un vehículo, según una entrevista en Latina.
El Gobierno Regional de Cusco, en respuesta al evento, activó la Red de Protección al Turista, manteniéndose en alerta y desplegando protocolos para salvaguardar la salud e integridad de los visitantes.
Afectaciones
El ingreso y la atención en Machu Picchu no se han visto afectados, operando de manera normal a través de Machu Picchu pueblo y los buses regulares, según lo explicado por la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, en una conferencia de prensa.
Sin embargo, estos deslizamientos no son el único problema que enfrenta la icónica ciudadela. Expertos han alertado sobre el hundimiento progresivo de Machu Picchu, aproximadamente 15 centímetros por año. Kyoji Sassa, del Instituto de Investigaciones y Prevención de Desastres de la Universidad de Kioto de Japón, advierte sobre la posible colapsación de la construcción incaica en cualquier momento.
Este hundimiento se atribuye en parte al aumento del turismo en Cusco. A pesar de las advertencias, el Gobierno ha decidido aumentar la capacidad de visitantes, pasando de 4.033 a 4.500 personas diarias, y podría llegar a los 5.600.
“Los visitantes que se encontraban en tránsito, se encuentran a buen recaudo, tras la rápida acción de la Municipalidad Distrital de Machu Picchu”, comunicó el Gobierno Regional de Cusco.
Este incremento de visitantes se encuentra en línea con el acceso a través de un peligroso camino de 22.1 kilómetros desde Santa María hacia Santa Teresa, considerado riesgoso debido a su estrechez y a los abruptos desniveles en los que se desarrolla.
El turismo anual hacia Urubamba y Machu Picchu representa una cifra considerable para el país, aproximadamente dos millones de visitantes. Esta situación de riesgo y los incidentes recientes plantean un desafío significativo para las autoridades, quienes deben encontrar un equilibrio entre la conservación del patrimonio y la seguridad de los visitantes.
Imagen de portada tomada/ Infobae