“Almuerzo sobre un rascacielos” es una fotografía atemporal que captura un momento icónico durante la construcción del Edificio RCA en el Rockefeller Center, en 1932. Esta imagen, inolvidable y reveladora, muestra a once trabajadores de la construcción disfrutando de su almuerzo en una viga suspendida a 260 metros sobre las calles de Nueva York. Lo impactante es la ausencia de cualquier sistema de seguridad, una instantánea que refleja las duras condiciones laborales durante la Gran Depresión y la transformación de la ciudad en el epicentro de rascacielos.
Casi un siglo después, el Rockefeller Center ha dado vida a esta icónica imagen con la inauguración de “The Beam”, una atracción que permite a los visitantes recrear este momento inolvidable. Esta plataforma, ubicada en la azotea del edificio, ofrece una experiencia que emula la escena original, aunque con total seguridad, elevándose a unos doce metros sobre el mirador de la azotea.
A diferencia de la instantánea original, cuidadosamente escenificada, los intrépidos turistas no corren riesgos, pero pueden lograr una perspectiva similar al ajustar el encuadre. La fotografía original, publicada por primera vez en el New York Herald Tribune el 2 de octubre de 1932, sigue siendo un enigma en cuanto a su autoría. Se ha atribuido a figuras como Lewis Hine o Charles Clyde Ebbets, generando debates constantes sobre su origen.
La innovadora experiencia
The Beam, operativa desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche, ofrece una experiencia única por un costo de 34 dólares por persona. Esta nueva atracción del Rockefeller Center ha causado sensación entre turistas y locales, formando parte del proyecto de renovación del Rockefeller Center para ofrecer una experiencia más inmersiva y reveladora a los visitantes.
La entrada, que asciende a 25 dólares, se suma al costo de entre 40 y 50 dólares (entre 37 y 46 €) de la admisión al Top of the Rock, el mirador principal del edificio que ofrece vistas panorámicas de la ciudad. Desde esta elevación, los espectadores pueden identificar los monumentos más icónicos de Nueva York, con el Empire State como protagonista indiscutible. En días claros, la vista alcanza hasta 128 kilómetros de distancia, revelando una experiencia impresionante y única.
Sin embargo, la fotografía original, lejos de ser un montaje, fue meticulosamente planeada. Aunque los trabajadores no contaban con sistemas de seguridad, se encontraban a una distancia segura de un piso terminado. A pesar de la aparente peligrosidad, la toma no fue tan riesgosa como se ha percibido, cumpliendo con éxito el propósito de reflejar las condiciones laborales de la época.
En definitiva, The Beam ha traído a la vida una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad de Nueva York, ofreciendo a los visitantes una experiencia inolvidable y segura para revivir este momento histórico. Esta atracción, además de ofrecer una perspectiva única de la ciudad, nos invita a reflexionar sobre la evolución de las condiciones laborales y el legado de la Gran Depresión en la construcción de la ciudad de los rascacielos.