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La “puerta al inframundo” que se está expandiendo sin control alguno  

Las autoridades quieren establecer las razones de su rápida expansión y sus efectos al medio ambiente y en las poblaciones cercanas.

Investigadores de Alemania y Rusia revelaron que el misterioso cráter de Batagaika en Siberia, conocido como la “puerta al inframundo“, se está expandiendo a un ritmo alarmante. 

El tamaño al que podría llegar según los expertos es de hasta un millón de metros cúbicos anuales debido al derretimiento del permafrost. 

Ubicado en la República Sajá, en las remotos parajes orientales de Rusia, este impresionante fenómeno natural de un kilómetro de largo fue descubierto por primera vez en imágenes satelitales de 1991. 

Lo anterior, tras el colapso de una ladera en las tierras altas de Yana, al norte de Yakutia. 

Este evento catastrófico expuso capas de permafrost que han permanecido congeladas por hasta 650.000 años. 

Siendo el permafrost más antiguo de Siberia y el segundo más antiguo del mundo, según informa Live Science. 

El mundo lo ve 

El misterioso paisaje de Siberia vuelve a ser el centro de atención, esta vez debido al cráter Batagaika en constante expansión, que parece una puerta gigante al inframundo.  

Formado por primera vez en 1991 cuando se derrumbó una ladera, este cráter ha seguido creciendo en las tierras altas de Yana, en la región norte de Yakutia.  

Desde entonces, ha sido motivo de preocupación entre los investigadores, ya que revela el impacto del calentamiento global de forma dramática. He aquí por qué este cráter preocupa a los científicos. 

La rápida expansión del cráter Batagaika 

El cráter Batagaika se expande aproximadamente 1 millón de metros cúbicos cada año, dejando al descubierto una de las capas de permafrost más antiguas del mundo.  

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La razón principal del continuo crecimiento del cráter es el derretimiento del permafrost circundante.

A medida que las paredes del cráter se erosionan debido al deshielo del suelo, el tamaño del cráter aumenta, lo que desencadena una reacción en cadena. 

A medida que el cráter Batagaika crece, acelera el derretimiento del permafrost, lo que, a su vez, provoca una mayor erosión.  

Los científicos temen que si el cráter continúa expandiéndose a este ritmo, el permafrost circundante se derretirá aún más rápido, lo que provocará graves consecuencias ambientales. 

Calentamiento global y sus efectos  

El rápido crecimiento del cráter Batagaika no se debe sólo a su tamaño físico; también destaca los profundos efectos del calentamiento global. 

El aumento de las temperaturas está derritiendo capas más profundas de permafrost, liberando gases y microorganismos antiguos a la atmósfera.  

Entre los descubrimientos más sorprendentes se encuentra el resurgimiento de un “virus zombie” de 40.000 años de antigüedad que había estado congelado en el permafrost. 

El cráter Batagaika, una enorme grieta en el paisaje de Siberia, sirve como un crudo recordatorio del poder de la naturaleza y las consecuencias de la influencia humana.  

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Esta “puerta de entrada al inframundo” también podría ofrecer una visión de los secretos ocultos de la Tierra, a medida que continúa creciendo y revelando capas de historia antigua. 

Otros cráteres similares en el mundo  

Cráter Barringer 

Conocido como cráter del Meteoro, se formó relativamente recientemente (geológicamente hablando) hace apenas 50.000 años, cuando un gran meteoro de hierro que medía entre 98 y 50 metros (98 pies) de diámetro se estrelló en el Colorado. Meseta en el norte de Arizona, según el Instituto Lunar y Planetario.  

El meteoro de 300.000 toneladas viajaba a velocidades de hasta 26.000 millas por hora (12 km por segundo). 

Según la Barringer Crater Company, y explotó con la fuerza de dos millones y medio de toneladas de TNT, el impacto excavó una enorme 175 millones de toneladas de roca según el Instituto Lunar y Planetario. 

Cráter Wolfe Creek 

Está ubicado en el borde del Gran Desierto Arenoso en el Parque Nacional Wolfe Creek Crater, al norte de Australia Occidental.  

Según el Servicio Australiano de Parques y Vida Silvestre, el cráter Wolfe Creek se formó hace 300.000 años. 

Aunque un estudio reciente de la Universidad de Wollongong en 2019 analizó la exposición a la radiación de las rocas del cráter y colocó una edad estimada del cráter en solo 120.000 años. 

Un elemento destacado del paisaje es Wolfe Creek, que es “el segundo cráter más grande del mundo del que se han recogido fragmentos de un meteorito“, afirma el Servicio de Parques y Vida Silvestre de Australia.  

Los científicos estiman que el meteoro del cráter, que tenía 15 metros (50 pies) de diámetro y pesaba más de 15.000 toneladas, probablemente viajaba a velocidades deslumbrantes de 17 km (10 millas) por segundo antes de estrellarse contra el desierto australiano. 

Gosses Bluff 

Conocido como Tnorala, tiene una gran importancia cultural y científica y es el cráter de impacto más estudiado en Australia, según el Observatorio de la Tierra de la NASA.  

Ubicado entre Macdonnell Range y James Range en el corazón de Australia. 

Quienes deseen acceder al cráter deben respetar la importancia cultural del sitio para el pueblo aborigen Arrernte occidental y obedecer las señales que indican dónde no está permitido el acceso, según el Gobierno australiano. 

Los científicos creen que un meteoro que viajaba a velocidades de hasta 25 millas por segundo se estrelló contra la Tierra hace 142 millones de años, creando un cráter gigante de casi 14 millas de ancho según el Observatorio de la Tierra de la NASA.  

Si bien el cráter original se ha erosionado a lo largo de los años, el núcleo del cráter, un anillo central de colinas de casi 4,5 km (3 millas) de diámetro, todavía es visible hasta el día de hoy.  

  • Imagen de portada tomada/Ámbito
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