El cáncer colorrectal es actualmente la principal causa de muerte por cáncer en hombres menores de 50 años y la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres de ese grupo de edad.
Si usted nació entre 1981 y 1996, enfrenta el doble de riesgo de cáncer colorrectal en comparación con las personas nacidas en 1950.
Como resultado de esta preocupante tendencia, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. cambió sus recomendaciones en 2021 para que las personas comiencen a realizarse exámenes de detección de cáncer de colon.
Los expertos no están seguros de por qué hay un aumento en la incidencia de cáncer de colon y recto entre los adultos jóvenes.
Los investigadores están explorando factores como la dieta, la obesidad, la falta de ejercicio, el consumo de tabaco y alcohol.
Así como los impactos ambientales, como la exposición a sustancias químicas. Los antecedentes familiares también influyen.
El cáncer colorrectal es difícil de diagnosticar
A los oncólogos les preocupa que cuando los síntomas aparecen en adultos jóvenes, a menudo se les resta importancia.
“Los médicos de atención primaria no piensan en el cáncer colorrectal en pacientes más jóvenes, a quienes, en cambio, se les suele diagnosticar enfermedad inflamatoria intestinal”, dijo Rashmi Verma, oncóloga del Centro Oncológico Integral de UC Davis.
“Si le recetan una prueba casera y los resultados son negativos, pero los síntomas persisten, dígale a su médico que desea una colonoscopia”.
Tal fue el caso de una madre de 40 años de Carmichael con tres hijos que presionó para obtener respuestas incluso cuando los resultados de su kit casero de detección de cáncer colorrectal indicaron que no tenía cáncer.
Después de varias visitas al médico en 2022 y una larga espera para programar una colonoscopia, Kasey (quien pidió ser identificada solo por su nombre de pila) finalmente recibió la respuesta que estaba buscando.
Desafortunadamente, fue una noticia que nadie quiere escuchar: no solo era cáncer, sino que era cáncer rectal en etapa 3, lo que significa un caso avanzado de la enfermedad.
Síntomas implacables
“Sabía que algo no iba bien”, dijo Kasey. “Tenía la necesidad de evacuar el intestino con frecuencia, quizás hasta diez veces al día, había sangre y tenía dolor en la zona”.
Rashmi Verma explicó que debido a que el recto se encuentra en la parte inferior del colon, los pacientes sienten más urgencia y presión en la zona rectal, además de dolor.
En comparación, los síntomas del cáncer de colon suelen incluir dolor abdominal, pérdida de peso y obstrucción intestinal.
Kasey dijo que el dolor siguió empeorando. Al principio, su médico de cabecera pensó que tenía síndrome del intestino irritable o hemorroides internas.
Pero cuando el dolor se intensificó, se convenció de que necesitaba insistir para obtener respuestas.
“Si los síntomas no desaparecen, no te rindas. Tú eres tu mejor defensor”, explica Kasey.
“Seguí investigando qué podía estar mal mientras experimentaba con diferentes dietas y otros remedios. Cuando estos experimentos no funcionaron, le insistí a mi equipo médico que algo más estaba sucediendo. Pidieron una colonoscopia, que finalmente identificó el problema”.
El tratamiento
A Kasey le dijeron que probablemente necesitaría cirugía, pero, después de cuatro meses de quimioterapia seguida de seis semanas de radiación, supervisadas por la oncóloga radioterapeuta Arta Monjazeb , recibió la grata noticia de que su tumor había desaparecido.
En lugar de someterla a una cirugía, la sometieron a un protocolo de vigilancia estricta llamado “observar y esperar”.
“Hemos visto un cambio significativo en el tratamiento del cáncer rectal en la última década y en una proporción de estos pacientes”, dijo Ankit Sarin , jefe de la división de cirugía colorrectal.
Asimismo, agregó que: “Pudimos ofrecerle esto a Kasey en parte porque es el único programa acreditado a nivel nacional para el cáncer de recto en la región”.
Explicó Sarin que su equipo de médicos multidisciplinarios revisa y sigue a cada paciente con cáncer de recto utilizando estrictos estándares de acreditación.
“Cada paciente recibe quimioterapia, radiación o cirugía específicamente diseñada para ellos”.
La cirugía del recto a veces implica que el paciente deba someterse a una ostomía.
Ya sea temporal o permanente, puede tener un gran impacto en su calidad de vida, especialmente en alguien tan activo como Kasey.