En una encuesta reciente realizada a través de un canal de difusión, más de la mitad de los participantes —exactamente el 57 %— afirmaron que creen tener lo necesario para sobrevivir a un apocalipsis zombi. La cifra, aunque sorprendente, dice mucho más de lo que parece. No se trata únicamente de una pregunta fantasiosa, sino de una ventana al imaginario colectivo. Refleja cómo la cultura pop moldea nuestras ideas de supervivencia y el creciente interés por la preparación ante desastres reales.
Desde hace décadas, el apocalipsis zombi ha sido una metáfora recurrente en el cine, los videojuegos y la televisión. Series como The Walking Dead o películas como Guerra Mundial Z han alimentado la idea de que, si el mundo colapsara mañana y hordas de no-muertos invadieran las ciudades, al menos algunos sabrían cómo resistir. La narrativa siempre es similar: un grupo pequeño, ingenioso y resistente que logra organizarse, defenderse y adaptarse. Muchos se ven reflejados en esos protagonistas. Esa identificación, reforzada constantemente, ha convertido a los zombis en un fenómeno psicológico además de cultural.
¿Confianza o ilusión colectiva sobre sobrevivir a un apocalipsis zombi?
Pero ¿qué hay detrás de esa confianza? Parte del fenómeno puede explicarse por un exceso de confianza en las propias capacidades. En psicología, el efecto Dunning-Kruger explica cómo las personas con menos experiencia en un tema tienden a sobrestimar sus habilidades. Ver películas no equivale a tener habilidades reales de supervivencia, pero muchos asumen que lo visto en la pantalla les ha enseñado lo suficiente.
Sin embargo, hay otro factor que no se puede ignorar: la necesidad de control en contextos de incertidumbre. Imaginar que podríamos sobrevivir, incluso en los peores escenarios, nos da una sensación de poder frente a lo impredecible.
Escenarios de supervivencia y entrenamiento real
No es casualidad que la conversación sobre zombis resurja con fuerza cada vez que el mundo enfrenta crisis reales. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, aumentaron los foros de discusión sobre escenarios de supervivencia. Desde cómo armar un refugio hasta qué tipo de alimentos podrían conservarse por más tiempo. Si bien la amenaza de los zombis no existe, el ejercicio mental sirve como entrenamiento para otros escenarios mucho más plausibles. Desastres naturales, apagones prolongados o crisis sanitarias, por ejemplo.
En ese sentido, el apocalipsis zombi funciona como una excusa para hablar de preparación ante desastres. Muchas de las habilidades necesarias para sobrevivir en ese tipo de ficción —resiliencia, planificación, trabajo en equipo, conocimiento de primeros auxilios— son perfectamente aplicables a la vida real. Crear un kit de emergencia, identificar rutas de evacuación o aprender a comunicarse sin internet son medidas que cualquier persona debería considerar. Más allá de la amenaza de los no-muertos.
Una encuesta viral que revela percepciones sobre el apocalipsis zombi
La encuesta también refleja el papel que juegan las redes sociales en moldear nuestras percepciones. El hecho de que este dato se haya viralizado muestra cómo temas aparentemente inverosímiles pueden capturar la atención de miles de personas. Las encuestas virales, como esta, sirven como termómetro del estado de ánimo colectivo. También revelan el tipo de temores que nos mueven y las esperanzas que nos hacen sentir más preparados para lo impensable.
Lo interesante es cómo esa percepción se conecta con la realidad. Si se examinan foros, canales de YouTube o cuentas de TikTok dedicadas a la supervivencia zombi, muchas terminan ofreciendo contenido útil. Técnicas de purificación de agua, armado de refugios improvisados, manejo de estrés en situaciones de emergencia… Todo bajo el paraguas de lo zombi, pero con un trasfondo serio y educativo.
Preparación ante desastres y cultura pop
La idea de un apocalipsis zombi ha sido adoptada incluso por instituciones oficiales. En Estados Unidos, los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) llegaron a lanzar una campaña llamada Zombie Preparedness. Su objetivo era captar la atención del público y educarlo sobre preparación ante emergencias. Era una estrategia de comunicación eficaz. Si te interesa cómo sobrevivir a un apocalipsis zombi, entonces seguramente prestarás atención a cómo sobrevivir a un huracán, un terremoto o una pandemia.
El 57 % que respondió afirmativamente no lo hizo solo por entretenimiento. En muchos casos, responde a una visión de sí mismos como personas adaptables, listas para lo que venga. Aunque el escenario sea completamente irreal. Esa visión puede ser útil si se canaliza correctamente. Convertir esa confianza en acciones concretas, como tomar un curso de primeros auxilios o armar un plan de emergencia familiar, transforma una ilusión de control en herramientas reales de supervivencia.
Lo que revela el otro 43 % sobre sobrevivir a un apocalipsis zombi
El 43 % restante, que admitió no estar preparado, también merece atención. Reconocer la propia vulnerabilidad puede ser el primer paso hacia la acción. No saber qué hacer ante una catástrofe es más común de lo que se piensa. Muchos viven con la idea de que “eso no va a pasarme a mí”. Sin embargo, tanto el cine como la historia reciente nos han demostrado lo contrario. Lo inesperado siempre está a la vuelta de la esquina.
Aunque parezca anecdótica, la cifra del 57 % revela mucho sobre cómo imaginamos el futuro. Sobre cómo nos preparamos (o no) para lo incierto. También sobre cómo usamos la cultura para ensayar nuestras reacciones frente a lo que tememos. Sobrevivir a un apocalipsis zombi puede sonar absurdo. Pero si sirve como punto de partida para mejorar nuestra preparación real, entonces quizá no sea tan descabellado.
