Desde el año 2000, la DEA ha logrado identificar el llamado tranq, cuando empezó a entrar a los Estados Unidos por el estado de Pensilvania y desde ese entonces le han seguido su crecimiento en gran parte del territorio norteamericano.
En urbes como Filadelfia y Baltimore se genera un gran comercio de esta droga sintética que la mueven los grupos ilegales al igual que el fentanilo y otras.
Esta droga preocupa mucho a los estadounidenses, dado que entre los años 2021 y 2022 murieron unas 107,735 personas en todo el país por culpa de esta droga “zombies” que genera una especie de sueño a quienes la consumen y se quedan congelados por largos tiempo en los que están de pie, inclinados hacia delante o tirados en el suelo y ya.
Así las cosas, han fallecido más de 3,000 personas por tranq en 2021, un aumento del más del 50% con relación a 2020.
El nuevo dolor de cabeza
El pasado mes de agosto el Gobierno de Joe Biden informó a la opinión pública que esta droga significaba uno de los principales retos del país en materia de la lucha contra las drogas.
Esta droga tiene un costo de 6 dólares en las páginas web chinas, en donde se puede hacer el pedido y que a diferencia del fentanilo que también trae su materia prima de China, ya este último lo fabrican en México.
Estas dinámicas en el mercado ilegal de tranq abren varios interrogantes. Uno de ellos, y quizá el más importante, es el rol de los carteles mexicanos en su producción y comercialización.
Las autoridades han advertido que, si bien aún no se produce en México, pronto será una realidad debido a que en este país están los más grandes carteles de droga y todo lo que entre VÍA terrestre desde este país a EE. UU.
En el caso del fentanilo, empezó llegando desde China, pero ahora lo hacen en la nación azteca donde lo mezclan y es mucho más económico en las calles norteamericanas que es donde se vende.
El Gobierno está muy preocupado
Las autoridades antidrogas han venido trabajando en conjunto con las diferentes agencias de seguridad el llamado ‘Plan Nacional de Respuesta’ en el que buscan hacerle frente a al fentanilo, el tranq y xilacina que desde el 20210 viene registrando aumento de su consumo en estas tres drogas sintéticas.
Lo que se quiere con esta idea es buscar acciones que lleva por un lado a desmantelar los lugares de venta en la ciudad, impedir su ingreso al país por la frontera e investigar a quienes la venden e incluso a quienes la consumen.
El plan de la administración Biden pretende reducir las muertes por droga tranquilizante en un 15%. Y se espera que, de sus primeros resultados a inicios del 2024, pero este mismo se extenderá hasta el año 2025.
Por todo lo anterior, desde la Casa Blanca el trabajo ha sido insaciable respecto a este asunto que preocupa a todos los norteamericanos que ven que su país se está convirtiendo en una olla de vicio en el que todas las drogas confluyen sin control.
Los datos
Desde la DEA dicen que existe la posibilidad de que el número de personas muertas por estas drogas sintéticas sea el doble a los datos presentados por las autoridades de salud y que ha divulgado el mismo gobierno.
Lo cierto, es que las calles de ciudades como Filadelfia están completamente inundadas de este tipo de drogas y parece algo imparable ante el ojo cómplice de algunos corruptos de las instituciones del Estado que permiten su paso a territorio norteamericano.
Todo esto ha llevado a que la Policía reporte a diario miles de personas que quedan paralizadas como “zombis” y los médicos por su parte no dejan de recibir pacientes con sobredosis por este tipo de drogas.
- Imagen de portada tomada/ StnHn.com