Un reciente evento solar registrado en mayo de 2025 volvió a poner sobre la mesa el riesgo de un apagón eléctrico global. La actividad solar extrema que golpeó el campo magnético de la Tierra dejó consecuencias visibles en la Península Ibérica, donde millones de personas se quedaron sin luz durante varias horas.
La NASA monitorea señales de una tormenta solar histórica
El Observatorio de Dinámica Solar detectó una eyección de masa coronal de gran magnitud, asociada a una erupción de clase X2.7. Este tipo de fenómeno libera enormes cantidades de radiación y partículas cargadas que pueden afectar directamente la infraestructura crítica de los países.
Según los informes de la NASA, la intensidad y forma del fenómeno, conocido como “Ala de Pájaro”, aumentan la probabilidad de una fuerte interacción con los sistemas eléctricos terrestres. Estos eventos no son nuevos, pero su frecuencia y potencia parecen estar aumentando.
Cómo afectan las tormentas solares a la infraestructura crítica
Las tormentas solares intensas pueden provocar sobrecargas en las redes eléctricas, dañar transformadores y alterar el funcionamiento de los satélites. También afectan los sistemas de posicionamiento GPS y las comunicaciones aéreas. En regiones cercanas a los polos, los efectos son aún más evidentes, pero nadie está completamente a salvo.
La actividad solar extrema representa una amenaza directa a la infraestructura crítica. No se trata solo de perder electricidad: las telecomunicaciones, los servicios de emergencia y el transporte también podrían colapsar si un apagón eléctrico se extiende por varias regiones a la vez.
¿Qué tan cerca estamos de un apagón global?
La física espacial Tamitha Skov advirtió que la magnitud del evento solar observado este mes supera varios registros recientes. Si bien el apagón en la Península Ibérica fue contenido, expertos señalan que una tormenta aún más fuerte podría generar un apagón global de consecuencias catastróficas.
El informe de la NASA sugiere que el pico de actividad solar se alcanzará entre 2025 y 2026. Durante este periodo, el riesgo de un apagón eléctrico se incrementa notablemente. La falta de sistemas de protección adecuados podría exponer a millones de personas a un fallo masivo de energía.
La urgencia de fortalecer las defensas tecnológicas
Los gobiernos de todo el mundo se enfrentan a un desafío urgente: actualizar y blindar su infraestructura crítica ante el posible impacto de tormentas solares. En Europa, algunas redes de distribución ya implementan filtros geomagnéticos, pero muchos países siguen operando con sistemas vulnerables.
Organizaciones internacionales recomiendan invertir en tecnología de alerta temprana y protocolos de emergencia. Una preparación adecuada puede reducir el impacto de un apagón eléctrico masivo, pero requiere coordinación entre gobiernos, empresas y organismos científicos.
La actividad solar extrema seguirá intensificándose
Los ciclos solares son naturales, pero este parece tener características más intensas de lo habitual. Las tormentas solares registradas en 2025 ya han superado las de la última década. Cada nueva erupción pone a prueba la capacidad de respuesta de las naciones y su dependencia tecnológica.
Los efectos de un apagón global serían múltiples: interrupción del suministro de agua, problemas en hospitales, pérdida de datos, y caos en las grandes ciudades. Si la humanidad no se adapta al ritmo de esta nueva amenaza, la era digital podría enfrentarse a uno de sus mayores desafíos.