La cucaracha alemana no vive en la naturaleza, sino en edificios humanos en todo el mundo según las recientes revelaciones de un grupo de investigadores.
Esta especie muy extendida es la cucaracha más frecuente en el mundo, pero los científicos no están seguros de dónde procede originalmente.
En un nuevo estudio sobre la genética de la cucaracha alemana publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los especialistas mapean la propagación de la plaga durante los últimos dos milenios.
A medida que los humanos viajaban cada vez más entre continentes, las cucarachas los acompañaban.
Para entender a fondo
Según Qian Tang, autor principal del estudio y biólogo de la Universidad de Harvard en dialogo con National Geographic “la cucaracha alemana ni siquiera puede volar“.
Por lo que rastrear la historia de la prolífica plaga “no es sólo una historia de insectos. Es una historia de insectos y humanidad“.
Las cucarachas alemanas aparecieron por primera vez en Europa hace unos 250 años.
Los ejércitos de Europa del este descubrieron los insectos en sus tiendas de alimentos durante la Guerra de los Siete Años entre 1756 y 1763, escriben los autores del estudio.
Cada uno de los ejércitos nombró al insecto en honor a sus enemigos: los soldados rusos de un lado del conflicto lo llamaron “cucaracha prusiana”.
Mientras que las fuerzas británicas y prusianas lo apodaron “cucaracha rusa”.
Finalmente, el biólogo sueco Carl Linnaeus nombró a la especie Blattella germanica en 1767, en honor a los especímenes que recolectó en Alemania.
La historia
Los registros históricos han indicado que las cucarachas alemanas se propagaron desde Europa entre finales del siglo XIX y XX.
Pero los parientes más cercanos de la especie se encuentran en África y Asia, no en Europa.
Toda esta información histórica contradictoria y de acusaciones, junto con la falta de hábitat natural de la cucaracha en la naturaleza, ha dejado a los científicos desconcertados.
“Su origen ha sido un misterio”, dice Edward Vargo, coautor del estudio y entomólogo urbano de la Universidad Texas en entrevista con el Washington Post.
Para resolver este enigma de los inicios de las cucarachas, los investigadores estudiaron los genes de 281 cucarachas alemanas de 17 países diferentes.
En primer lugar, confirmaron que la cucaracha alemana evolucionó a partir de la cucaracha asiática Blattella asahinai hace unos 2.100 años.
Esta especie se parece a la cucaracha alemana, pero puede volar y se siente atraída por la luz en lugar de huir de ella.
El equipo sugiere que, cuando los humanos limpiaron su hábitat natural en India o Myanmar, las cucarachas se adaptaron a vivir en asentamientos humanos y luego evolucionaron hasta convertirse en una nueva especie.
La línea de tiempo que han encontrado
Chow-Yang Lee, entomólogo de la Universidad de California, Riverside, “durante mucho tiempo hemos sospechado que la cucaracha asiática es en realidad el antepasado de la cucaracha alemana”.
Los análisis genómicos también indicaron que las cucarachas alemanas se extendieron hacia el oeste, hasta Oriente Medio, hace unos 1.200 años.
Podían viajar en cestas de pan de soldados, y los autores del estudio sugieren que las actividades comerciales y militares de los califatos islámicos omeyas o abasíes permitieron a los insectos expandir su territorio.
Más tarde, hace unos 390 años, las cucarachas se extendieron hacia el este, probablemente debido al comercio colonial europeo entre el sur y el sudeste de Asia.
No fue hasta hace apenas 270 años que los insectos entraron en Europa, según las estimaciones de los investigadores, y se extendieron al resto del mundo a finales del siglo XIX y principios del XX.
Esta línea de tiempo está respaldada por registros históricos.
La tecnología y las cucarachas
Los avances tecnológicos permitieron viajar más rápido, las cucarachas podrían extenderse a distancias mayores con el comercio global.
Luego, la calefacción y la plomería interior les permitieron sobrevivir en áreas más frías.
Una mayor investigación genómica podría ayudar a los científicos a comprender mejor la propagación de las cucarachas y la evolución de su resistencia a los insecticidas, lo que, a su vez, podría conducir a un mejor manejo de las plagas.
Las infestaciones de cucarachas son “un gran problema de salud pública, especialmente en viviendas para personas de bajos ingresos en donde los tratamientos para las cucarachas alemanas dejan mucho que desear”, dice el estudio.
