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Bukele asegura que en El Salvador los delitos “se resuelven en 24 horas” y los culpables “no quedan libres en tres días”

El presidente salvadoreño se ha destacado por tener políticas de mano dura contra la delincuencia sin importar las crítica que recibe.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró recientemente que los delitos que se cometen en el país se resuelven “en menos de 24 horas” y que los criminales son encarcelados, asegurando que «no quedarán libres a los tres días«. 

Las declaraciones de Bukele surgen tras la captura de un hombre que fue grabado en cámaras de seguridad robando a una mujer en Ahuachapán. 

«Aún en el país más seguro del hemisferio occidental siempre habrá quienes intenten pasarse de listos, pero gracias a la efectividad de nuestra policía esos delitos se resuelven en menos de 24 horas», escribió Bukele a través de su cuenta de X. 

El mandatario recalcó que, con sus políticas de seguridad “los criminales no quedarán libres a los tres días, como solía suceder antes (en los poquitos casos que se resolvían)». 

Los datos de la Policía  

De acuerdo con cifras publicadas por la Policía, agostó cerró con 18 personas asesinadas a nivel nacional, convirtiéndose en el mes con más homicidios en el año.  

En lo que va del 2024, han sido asesinados 87 salvadoreños. 

Entre los casos, sin resolver, está el caso de los esposos Valdés, desaparecidos el 4 de agosto en la colonia Satélite, en San Salvador.

Los mismos, fueron encontrados enterrados en el jardín de su vivienda el pasado 11 del mismo mes.  

Las autoridades informaron de la captura de seis personas por el delito de resistencia que luego fueron liberados.  

Pero luego se informó del arresto de otras seis personas que serían las responsables, pero no han dado detalles adicionales. 

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Estado de excepción de El Salvador 

El estado de excepción ha implicado un conjunto de medidas extraordinarias para responder a alteraciones masivas del orden público. 

Este amplían la prisión preventiva de 72 horas a 15 días.

Asimismo, facilitan las escuchas telefónicas y restringen la libertad de reunión y el derecho a la defensa legal en los tribunales.  

Los analistas dicen que estas medidas fueron la respuesta a un estallido extraordinario de violencia en marzo de 2022.

En ese momento una de las principales bandas criminales del país, la Mara Salvatrucha (o MS-13), encabezó una ola de asesinatos que dejó 87 personas muertas. 

Condenas más fuertes a los prisioneros

El gobierno vinculó la medida con la aprobación de reformas para endurecer las penas por delitos relacionados con las pandillas. 

Esto incluía a quienes pertenencia a ellas, a un mínimo de 30 años, allanando el camino para una redada sin precedentes contra pandilleros.

Hay que decir, que en solo doce meses, las autoridades afirmaron haber detenido a más de 66.000 personas.

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Estas sumadas a las 40.000 que ya se encuentran en la cárcel, han llevado al país a tener la tasa de población carcelaria más alta del mundo, con 1 de cada 50 ciudadanos tras las rejas.  

El gobierno inauguró recientemente una mega prisión construida en tiempos récord que albergará hasta 40.000 delincuentes. 

Dando a conocer los primeros traslados de pandilleros semidesnudos y tatuados alineados en el suelo, boca abajo.

El atractivo de los métodos de Bukele 

Por brutales que parezcan, los métodos de Bukele asestaron un golpe inequívoco a las organizaciones criminales que habían causado estragos en el país durante décadas. 

Las autoridades han desmantelado muchas de sus operaciones contribuyendo posteriormente a reducir los niveles de violencia a mínimos históricos.  

En 2022, las autoridades reportaron 495 homicidios, una cifra simplemente impensable hace solo ocho años, cuando superaron los 6.600.  

La reducción continuó en 2023 y según las tendencias actuales puede terminar con alrededor de 200 muertes violentas, lo que se traduce en una tasa de homicidios comparable a los estándares de los países europeos.  

Altos niveles de popularidad  

Es comprensible que alrededor del 80 por ciento de los entrevistados en cualquier encuesta reciente apoye el estado de excepción. 

El aparente éxito y la popularidad de estas medidas se están pidiendo en toda América Latina.

Lo anterior ya que videos cuidadosamente editados de la respuesta de mano dura de Bukele circulan ampliamente en las redes sociales solicitando sus medidas en diferentes países de la región. 

Los políticos de todo el hemisferio han percibido la oportunidad de utilizar el éxito de Bukele para sus propios beneficios.  

Los representantes de la oposición en Colombia, Chile y Argentina, por ejemplo, utilizaron las acciones de Bukele como punto de referencia para criticar la relativa inacción de sus gobiernos nacionales en el ámbito de la seguridad.  

Un método difícil de copiar  

A pesar del atractivo de las medidas de El Salvador, algunos impedimentos prácticos reducen las probabilidades de que otros países implementen medidas similares, o al menos de que estas produzcan los mismos resultados.  

En primer lugar, el aparente éxito de la redada de Bukele está profundamente entrelazado con el panorama criminal claramente definido en El Salvador.  

A diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos, las actividades delictivas en El Salvador se concentran en entornos urbanos y suburbanos densamente habitados. 

En estos lugares solo tres bandas criminales –La Mara Salvatrucha y las dos facciones del Barrio 18– ejercieron una hegemonía.  

Además, la distribución espacial de sus “áreas de influencia” se había acordado informalmente en una negociación llamada la Tregua (2012-2014), lo que facilitaba a las autoridades rastrear los crímenes violentos hasta cualquiera de los dos grupos.  

Un segundo elemento crucial tiene que ver, precisamente, con la preparación de las autoridades para encarcelar a decenas de miles de pandilleros y mantener el control en las cárceles.  

Desde 2014, cuando se rompió la tregua y estalló una guerra en toda regla entre pandillas y fuerzas de seguridad, las autoridades salvadoreñas han construido una base de datos de pandilleros, que se estima que son más de 75.000.

  • Imagen de portada tomada/Marvin Recinos / AFP
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