Desde su llegada a la presidencia de El Salvador en 2019, Nayib Bukele ha captado la atención del continente con una combinación de mano dura, popularidad abrumadora y comunicación directa. Para muchos, su estilo lo posiciona como el mejor presidente de Latinoamérica en tiempos recientes. Para otros, representa una amenaza al equilibrio institucional y democrático.
¿Un liderazgo digno del mejor presidente de Latinoamérica?
En términos de respaldo ciudadano, pocos mandatarios se han acercado a los niveles de Bukele. Encuestas de CID Gallup y MITOFSKY lo posicionaron en 2024 con una aprobación que superaba el 90%. Fue reelegido ese año con más del 85% de los votos. Esta popularidad histórica lo ha convertido en un referente de liderazgo para una región desgastada por la corrupción, la violencia y la ineficacia estatal.
El discurso de Bukele se basa en resultados, y esos resultados se reflejan en las urnas, en las calles más seguras y en su posicionamiento internacional. Su narrativa conecta con una ciudadanía cansada de promesas incumplidas y que prioriza la seguridad como base del progreso.
Modelo de seguridad y lucha contra el crimen
Bukele impulsó una estrategia de combate al crimen centrada en el modelo de seguridad conocido como Régimen de Excepción. Desde marzo de 2022, más de 85,000 personas fueron arrestadas por presuntos vínculos con pandillas. La tasa de homicidios cayó de 51 a menos de 2 por cada 100,000 habitantes, según cifras oficiales.
El Salvador pasó de ser uno de los países más violentos del mundo a ser, en 2024, el país más seguro de Latinoamérica. Esta transformación ha sido el eje del discurso de Bukele y ha captado la atención de otros gobiernos regionales que buscan replicar esa fórmula de “orden primero”.
La construcción del megapenal Cecot, con capacidad para 40,000 reclusos, se convirtió en un símbolo de su enfoque punitivo, al tiempo que despertó críticas de la comunidad internacional.
Críticas por derechos humanos y concentración de poder
La estrategia, sin embargo, ha recibido fuertes críticas por derechos humanos. Organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la CIDH han documentado detenciones arbitrarias, tortura en prisiones, desapariciones temporales y censura a la prensa.
La oposición denuncia una concentración de poder sin contrapesos y una justicia instrumentalizada. En 2025, la detención de la abogada Ruth López, reconocida defensora de derechos humanos, fue considerada una alerta sobre el rumbo autoritario del régimen. Para muchos, la eficacia del modelo de seguridad no justifica los atropellos constitucionales ni las condiciones carcelarias denunciadas como inhumanas.
¿Qué impacto económico tiene el mejor presidente de Latinoamérica?
En lo económico, los resultados han sido mixtos. Si bien la mejora en la seguridad ha impulsado el turismo y la inversión extranjera, la adopción del Bitcoin como moneda oficial fue recibida con escepticismo global. El FMI y el Banco Mundial manifestaron su preocupación, y la población no adoptó la criptomoneda como se esperaba.
Entre 2019 y 2023, la pobreza pasó del 26.8% al 30.3%, según Americas Quarterly. A pesar de estos retrocesos, los entornos urbanos muestran signos de dinamismo, y Bukele ha prometido nuevas políticas fiscales y tecnológicas para modernizar el país.
Un modelo replicado por toda Latinoamérica
El estilo Bukele ha sido replicado o admirado por líderes de países como Honduras, República Dominicana y Argentina. Su modelo de gobierno ha generado una corriente regional que prioriza el orden, la seguridad y la comunicación directa con el pueblo.
A nivel internacional, algunos analistas lo comparan con figuras como Getúlio Vargas, Juan Domingo Perón o Lázaro Cárdenas. Pero lo que diferencia a Bukele es su dominio de las redes sociales, el control de la narrativa y su consolidación a través de la reelección presidencial.
Su estilo conecta especialmente con audiencias jóvenes, que lo perciben más como un CEO que como un político tradicional. Ha logrado construir una imagen de eficiencia y modernidad en una región históricamente atrapada entre caudillos del pasado y tecnócratas sin carisma.
¿Es Nayib Bukele el mejor presidente de Latinoamérica?
Llamarlo el mejor presidente de Latinoamérica dependerá de los valores que se prioricen: resultados inmediatos o garantías democráticas. Lo que sí es claro es que Bukele ya marcó un antes y un después en la historia política del continente.
Su legado, aún en construcción, refleja los dilemas de una región que anhela orden, pero también teme el autoritarismo. El futuro dirá si su modelo se convierte en una referencia duradera o en una advertencia histórica.