Durante décadas, chismear ha sido visto como una práctica negativa, relacionada con la traición, la envidia o la inmadurez. Sin embargo, recientes investigaciones científicas han comenzado a desmontar este estigma. En ciertos contextos sociales, chismear podría tener efectos positivos en el bienestar emocional, ayudando a liberar oxitocina y a reducir el estrés.
Lejos de ser una costumbre vacía, hablar sobre los demás —ya sea para compartir noticias, advertencias o anécdotas comunes— cumple funciones sociales fundamentales en los grupos humanos. Varios estudios en psicología y neurociencia han comenzado a examinar cómo este comportamiento influye en las dinámicas de grupo y en el estado emocional de quienes lo practican.
El papel de la oxitocina al chismear
La oxitocina es una hormona conocida por su papel en la creación de lazos afectivos y en la regulación del estrés. Su presencia aumenta en situaciones de contacto social cercano, como abrazos, relaciones íntimas o conversaciones significativas. De acuerdo con investigaciones publicadas en Social Psychological and Personality Science, chismear en contextos amistosos puede generar una respuesta neuroquímica similar.
Cuando una persona comparte información que considera importante con alguien de confianza, el cuerpo puede liberar oxitocina como parte del proceso de vinculación. Este aumento en la hormona ayuda a generar sensaciones de tranquilidad, empatía y bienestar.
Vínculo social y cohesión del grupo
El acto de chismear también puede fortalecer el vínculo social. Según un estudio de la Universidad de California en Riverside, las personas pasan hasta el 52 % de su tiempo conversacional compartiendo información sobre otros. Lejos de ser siempre negativo, este tipo de interacción permite establecer jerarquías, normas sociales y generar una sensación de pertenencia.
Los investigadores concluyeron que hablar sobre terceros puede ayudar a evaluar comportamientos, reforzar valores comunes y facilitar la cooperación dentro de un grupo. Así, el chisme cumple una función evolutiva de protección social.
Cuándo chismear reduce el estrés (y cuándo no)
No todos los chismes son iguales. Los chismes neutrales o positivos pueden ser relajantes y fortalecen los vínculos, mientras que los chismes maliciosos o destructivos pueden generar ansiedad, culpa o consecuencias sociales negativas. La clave está en el contenido, la intención y el contexto.
Un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de Pavia, Italia, indicó que chismear sobre temas triviales en un entorno de confianza activa regiones del cerebro relacionadas con la recompensa, especialmente cuando el contenido es compartido entre personas que ya tienen un lazo cercano.
Además, los investigadores observaron que quienes compartían este tipo de información mostraban niveles más bajos de cortisol, una hormona asociada al estrés.
Beneficios emocionales de compartir información personal y social
Desde una perspectiva evolutiva, compartir información sobre los demás ha sido un método útil para sobrevivir en grupos complejos. Según Robin Dunbar, antropólogo y psicólogo evolutivo de la Universidad de Oxford, el lenguaje evolucionó no solo para transmitir conocimientos, sino también para mantener cohesionados a grupos sociales grandes.
En sus estudios, Dunbar explica que el chisme es el equivalente verbal del acicalamiento entre primates, una actividad clave para fortalecer relaciones sociales. Al hablar sobre otros miembros del grupo, los humanos construyen alianzas, previenen conflictos y refuerzan el sentido de comunidad.
Aunque la palabra “chisme” suele tener una carga negativa, la ciencia sugiere que chismear en entornos de confianza y con buena intención puede ser beneficioso. Al promover la liberación de oxitocina y reducir el estrés, esta práctica se transforma en una herramienta social con impacto positivo en la salud emocional.
Eso sí, los expertos advierten que el contenido del chisme debe ser respetuoso y no malintencionado, ya que lo contrario puede revertir los efectos positivos y generar conflictos personales.
Si estás interesado en contenidos sobre bienestar emocional, ciencia y comportamiento humano, visita www.qpasa.com y entérate de más.