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Científicos de Stanford lograron revertir síntomas de autismo con técnicas experimentales

Un estudio revela cómo controlar la hiperactividad de un circuito cerebral podría transformar el entendimiento del autismo.

Un hallazgo que despierta esperanza en la investigación del autismo

Un equipo de Stanford Medicine publicó en la revista Science Advances un descubrimiento que podría cambiar la forma en que se entiende el autismo. Los investigadores demostraron que, al reducir la hiperactividad de una zona específica del cerebro llamada núcleo talámico reticular, fue posible revertir síntomas de autismo en ratones. El estudio no significa una cura inmediata ni garantiza que funcione en humanos. Sin embargo, aporta evidencia sólida sobre cómo un circuito cerebral poco estudiado podría ser clave para futuros tratamientos.

El núcleo talámico reticular y su papel en el cerebro

El núcleo talámico reticular funciona como un filtro de la información sensorial. Se asegura de que el cerebro no se vea abrumado por estímulos externos y de que pueda procesar la información de manera ordenada. En los ratones utilizados en el estudio, que tenían una mutación genética asociada al autismo, los científicos observaron que este núcleo estaba hiperactivo. Esa sobreactividad parecía estar detrás de comportamientos relacionados con el espectro autista, como convulsiones, conductas repetitivas, hipersensibilidad a sonidos o luces y dificultades para interactuar socialmente.

Cómo se logró revertir los síntomas de autismo en ratones

Los investigadores emplearon dos enfoques distintos para reducir la hiperactividad del núcleo talámico reticular. El primero fue el uso de un medicamento conocido como Z944, que bloquea ciertos canales de calcio en las neuronas. El resultado fue una disminución significativa de la actividad anormal y una mejoría en las conductas sociales, menos respuestas exageradas a estímulos y una reducción de los comportamientos repetitivos. El segundo enfoque consistió en técnicas de neuromodulación química que actúan como un interruptor sobre grupos específicos de neuronas. Al apagar la hiperactividad del núcleo, los síntomas de autismo en los ratones se reducían de manera similar. En ambos casos, las conductas se acercaron a las de ratones considerados normales.

Qué significa revertir síntomas en modelos animales

Decir que los científicos de Stanford lograron revertir síntomas de autismo no significa que exista una cura disponible para las personas. En ciencia, los modelos animales permiten entender mecanismos biológicos, pero los resultados no siempre se traducen de forma directa a humanos. En este caso, lo que se revirtió fueron conductas observables en ratones: mayor sociabilidad, menor hipersensibilidad, reducción de crisis epilépticas y menos movimientos repetitivos. Se trata de marcadores que en los humanos se manifiestan como parte del espectro autista, pero que dependen de múltiples factores.

Por qué este hallazgo es relevante

Aunque aún queda un largo camino, este avance es importante porque señala un nuevo blanco terapéutico: el núcleo talámico reticular, una zona poco explorada hasta ahora. Además, demuestra causalidad: al inhibir la hiperactividad en esta región, los síntomas desaparecieron, y al provocar la hiperactividad en ratones sanos, aparecieron conductas similares al autismo. También abre la puerta a nuevos fármacos y terapias, ya que el éxito del Z944 en animales podría inspirar estudios clínicos en el futuro. A su vez, confirma el papel de la conectividad cerebral en el autismo, más allá de genes específicos, mostrando que la forma en que las neuronas se comunican entre regiones es clave.

Opiniones de expertos y cautela científica

Los propios autores del trabajo, encabezados por el neurocientífico John Huguenard, subrayan que se trata de una investigación en animales. “No estamos hablando de una cura para el autismo en humanos, pero sí de una vía prometedora para entender mejor la biología del trastorno”, explicó en el comunicado de Stanford Medicine. Especialistas ajenos al estudio también recomiendan prudencia. Señalan que el autismo en humanos es un espectro con múltiples causas y manifestaciones, y que reducirlo a un solo mecanismo sería simplificar en exceso. Sin embargo, coinciden en que este tipo de hallazgos ayuda a perfilar nuevas estrategias de tratamiento.

Lo que viene a futuro

Los siguientes pasos incluyen replicar el hallazgo en otros modelos animales y bajo distintas condiciones genéticas, evaluar la seguridad de compuestos como Z944 en estudios clínicos tempranos, explorar técnicas de neuromodulación no invasiva que permitan actuar sobre circuitos específicos en humanos, y comprender la diversidad del espectro, ya que no todas las personas con autismo presentan las mismas alteraciones. Cualquier terapia deberá personalizarse para ser efectiva.

Un avance esperanzador pero no definitivo

El titular que señala que científicos de Stanford lograron revertir síntomas de autismo es cierto, siempre y cuando se aclare que ocurrió en modelos animales y bajo condiciones controladas. No es una cura ni un tratamiento listo para aplicarse en humanos, pero sí un avance crucial en la comprensión del cerebro y en la búsqueda de opciones terapéuticas. Para millones de familias en el mundo, estas investigaciones representan esperanza y una nueva dirección científica, recordando que la ciencia avanza a pequeños pasos que, sumados, construyen grandes cambios.

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