Hombre es demandado por su cita a ciegas en un caso que sorprendió a todo el mundo. Lo que parecía una cena íntima en China terminó en tribunales después de que la mujer se presentara en el restaurante con 23 familiares. La cuenta superó los 22 000 yuanes, unos 3100 dólares, y el hombre se negó a cubrirla en su totalidad.
La situación comenzó como cualquier otra cita. Sin embargo, la llegada inesperada de tantos acompañantes cambió por completo el ambiente. El grupo pidió platos costosos, bebidas de lujo e incluso cigarrillos premium. La factura final fue imposible de asumir sin previo acuerdo. El hombre explicó que estaba dispuesto a pagar lo suyo y lo de su cita, pero no lo de dos decenas de personas adicionales.
El caso llegó a tribunales
Ante la negativa, la mujer decidió demandarlo. El tribunal revisó las pruebas y determinó que él no estaba obligado a pagar por todo el grupo. La decisión fue clara: debía cubrir únicamente su comida y la de ella, lo que ascendió a unos 1400 yuanes, cerca de 200 dólares. La demanda fue desestimada en lo demás y el caso se convirtió en un ejemplo llamativo de justicia proporcional.
Un episodio viral en redes sociales
La noticia rápidamente dio la vuelta al mundo y se volvió viral en plataformas digitales. Para muchos usuarios, el fallo reflejó sentido común. Algunos lo interpretaron como una advertencia frente a expectativas poco realistas en las citas modernas. Otros lo vieron como una muestra de la importancia de establecer acuerdos previos en cualquier salida.
Antecedentes similares
Medios locales recordaron que años atrás ocurrió un caso parecido en otra provincia de China. Allí también una mujer llegó a una cita acompañada de decenas de familiares y la cuenta terminó siendo desproporcionada. La similitud de los hechos reforzó el interés en esta historia y ayudó a que la conversación se mantuviera durante semanas.
Lecciones del caso
Este episodio muestra que incluso en situaciones sociales es clave aclarar expectativas. Una cita a ciegas debe basarse en la confianza, pero también en la transparencia. Llevar a 23 personas a un encuentro pensado para dos excede cualquier límite razonable. El caso de este hombre demandado por su cita a ciegas es ahora un ejemplo de lo que ocurre cuando las reglas no están claras y las redes sociales amplifican cada detalle.
