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Desde baja autoestima y psicopatía, serían los principales síntomas de los infieles 

Los expertos han logrado a través de un estudio establecer algunos rasgos de personalidad en las personas que suelen ser infiel a su pareja.

Según datos revisados por Van Zyl, autor de un estudio de la revista Personality and Individual Differences (2022), el motivo más común de rupturas y divorcios es la infidelidad.  

La traición causa el mayor daño a la confianza, golpeando el amor desde sus raíces, deshaciendo años de tiempo dedicados a construir la relación y arrojando una sombra sobre el futuro de la satisfacción compartida.  

Si bien muchas parejas sobrellevan la lesión, muchas sucumben. 

Datos de anteriores investigaciones reseñan que algunos factores podrían protegerte contra la infidelidad, aunque otros te hacen más vulnerable a ella. 

Además, si bien para muchas parejas la infidelidad es un acontecimiento que pone fin a la relación, para otras parejas la infidelidad oculta (y a veces abiertamente secreta) puede ayudar a estabilizar las relaciones. 

La personalidad infiel 

La necesidad de exclusividad en las relaciones monógamas ha interesado a los investigadores en comprender qué rasgos de personalidad pueden aumentar o disminuir la probabilidad de infidelidad. 

Van Zyl señala que la mayoría de las investigaciones se han centrado en los rasgos de personalidad.

Además de la “tríada oscura” (narcisismo, maquiavelismo y psicopatía), para estudiar la infidelidad se ha utilizado el Modelo de los Cinco Factores (FFM) o “5 Grandes”. 

Entre ellos está la apertura a la experiencia, la escrupulosidad, la extroversión, la amabilidad y el neuroticismo). 

Existen asociaciones consistentes entre la infidelidad y cada uno de los cinco grandes rasgos.  

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Por ejemplo, las personas que hacen trampa en las relaciones románticas obtienen puntuaciones más altas en neuroticismo, apertura a la experiencia y extraversión.  

Obtienen puntuaciones más bajas en Amabilidad y Escrupulosidad.  

Sin embargo, Zyl informa que algunos trabajos han mostrado resultados diferentes para la apertura y la extraversión. Hay más de lo que parece. 

Las facetas del infiel  

Si bien el trabajo sobre los rasgos de personalidad es informativo, lo que muchos no se dan cuenta es que cada rasgo de personalidad está formado por subrasgos, llamados facetas. Cada rasgo tiene seis facetas.  

Por ejemplo, el neuroticismo se compone de ansiedad, ira, hostilidaddepresión, autoconciencia, impulsividad y vulnerabilidad

El nivel de facetas también muestra dónde se superponen y contrastan los diferentes modelos de personalidad.  

Por ejemplo, la impulsividad neurótica y la hostilidad son características de la psicopatía, parte de la tríada oscura.  

Sin embargo, no todas las personas neuróticas son psicopáticas, y algunas características del neuroticismo, como la timidez, pueden contrastar con la psicopatía.  

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Por lo tanto, las correlaciones con rasgos de personalidad generales son engañosas cuando las facetas son probablemente más precisas.  

Esto es válido para la investigación de la personalidad en general, y no sólo para la infidelidad. 

Recomendaciones 

A nivel macro, la apertura y la extraversión se asociaron con una mayor probabilidad de sufrir infidelidad en la vida. 

Mientras que la escrupulosidad, la amabilidad y el neuroticismo se asociaron con una menor probabilidad.  

Estos resultados se alinean con hallazgos anteriores, con áreas de coherencia e inconsistencia en las que los rasgos de los Cinco Grandes van de la mano con la infidelidad y cuáles no.  

En este caso, el neuroticismo tuvo una pequeña asociación positiva con la infidelidad. 

Sin embargo, el análisis facetario contó una historia más interesante, al llegar a los predictores subyacentes de la infidelidad.  

En orden descendente, las facetas más fuertes asociadas con la infidelidad fueron la faceta de extroversión, ascendencia y, en mucho menor medida, búsqueda de excitación. 

La faceta del deber de la escrupulosidad, aumentando la fidelidad; y la faceta de inestabilidad afectiva (emocional) del neuroticismo, asociada con un mayor riesgo de hacer trampa.  

Cómo no dejarse engañar 

Estos datos son preliminares pero intrigantes. Hay limitaciones. En primer lugar, se trata de un grupo de edad más joven, predominantemente mujeres.  

Sin embargo, al menos en este estudio, controlar la edad, el género y otros factores demográficos no cambió los rasgos y facetas que predecían la infidelidad.  

Además, como estudio piloto, la infidelidad se midió con una pregunta básica y se analizó como un resultado de “Sí o No” en lugar de observar los grados de infidelidad en un amplio espectro de relaciones. 

Tampoco se informó la duración de la relación, pero como la edad promedio ronda los 20 años. 

La duración de la relación es más corta, el tipo de relación es menos madura y las características de personalidad son propias de las personas más jóvenes.  

De todos modos, observar la personalidad a nivel de facetas es un paso importante hacia una comprensión más refinada de cómo la personalidad interactúa con las decisiones y el comportamiento.  

Los rasgos de personalidad no son predictores precisos. Por ejemplo, la asertividad es el mayor factor de riesgo de infidelidad para los extrovertidos.  

Sin embargo, no todos los extrovertidos son muy asertivos, por lo que ser extrovertido está bien en ausencia de riesgos específicos. 

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