Durante años, se creyó que el envejecimiento era un proceso lineal, una curva descendente suave e inevitable. Sin embargo, un estudio liderado por investigadores del Instituto Buck para la Investigación sobre el Envejecimiento y la Universidad de Stanford reveló algo sorprendente: el envejecimiento biológico ocurre en etapas del envejecimiento abruptas, detectables en la sangre, y no de forma continua como se pensaba.
Cambios drásticos en la sangre y las proteínas con el envejecimiento
El equipo analizó más de 3.000 muestras de plasma de personas entre 18 y 95 años. Se encontraron variaciones significativas en la expresión de más de 3.000 proteínas, muchas de ellas relacionadas con procesos fundamentales como la inflamación, la comunicación celular, la coagulación y la respuesta del sistema inmune.
Estas alteraciones no fueron progresivas, sino que ocurrieron en tres momentos específicos: a los 34, 60 y 78 años. Estos puntos marcan verdaderas etapas del envejecimiento en las que el cuerpo atraviesa una reorganización biológica acelerada.
Primera etapa a los 34 años: inicio del declive del metabolismo
A esta edad se presenta el primer salto. Las personas comienzan a experimentar una caída en la eficiencia del metabolismo. Las proteínas asociadas con la regulación del apetito, el balance energético y el procesamiento de grasas y azúcares cambian radicalmente.
Muchos adultos se enfrentan por primera vez a dificultades para mantener su peso, sienten que su energía disminuye y comienzan a notar signos sutiles de envejecimiento en la piel o el cabello. Esta etapa también coincide con un aumento leve pero sostenido de la inflamación sistémica.
Segunda etapa a los 60 años: deterioro cardiovascular y muscular
El segundo salto, identificado a los 60, es más pronunciado. Las alteraciones en las proteínas reflejan un deterioro generalizado en funciones del sistema cardiovascular, como la elasticidad arterial y la presión sanguínea. Además, se evidencia una acelerada pérdida de masa muscular y fuerza.
Esta etapa de las etapas del envejecimiento se asocia con un mayor riesgo de enfermedades como hipertensión, diabetes tipo 2 y problemas articulares. El cuerpo también responde con un aumento en marcadores de inflamación, se altera el equilibrio hormonal y disminuye la regeneración celular.
Tercera etapa a los 78 años: declive del sistema inmune
A los 78, ocurre el último gran salto biológico. La mayor parte de los cambios se concentran en el sistema inmune. Se reduce notablemente la capacidad del organismo para responder a infecciones, se debilita la inmunidad adquirida y se incrementa el riesgo de enfermedades inflamatorias crónicas.
Esta fase se caracteriza también por un deterioro cognitivo más evidente, mayor fragilidad ósea y reducción en la capacidad de recuperarse de cirugías o traumatismos. El cuerpo muestra una respuesta inflamatoria mucho más reactiva y desorganizada.
Un nuevo modelo de envejecimiento en escalera
El descubrimiento de estas tres etapas del envejecimiento rompe con la idea tradicional de que envejecer es un proceso uniforme. Los investigadores lo describen como una “escalera biológica”, donde cada escalón marca un cambio abrupto en la fisiología.
El estudio sugiere que podría ser posible anticipar y tratar estas transiciones con intervenciones específicas: terapias contra la inflamación, mejoras del metabolismo y fortalecimiento del sistema inmune podrían retrasar los efectos de cada salto.
Cambios del cuerpo con la edad, más complejos de lo pensado
Estos hallazgos permiten comprender que los cambios del cuerpo con la edad no siguen una progresión lenta sino momentos críticos definidos. La identificación de estas transiciones podría abrir la puerta a un nuevo enfoque médico y preventivo del envejecimiento.
