Tras pasar meses dando vueltas en las aguas antárticas, el ‘A23a‘, el iceberg más grande del mundo, está de nuevo en movimiento.
Este enorme trozo de hielo cubre una superficie de 3.673 kilómetros cuadrados, más del doble del tamaño de la ciudad de Londres. Pesa más de un billón de toneladas y tiene un grosor de unos 400 metros.
El A23a es uno de los tres fragmentos de un iceberg más grande llamado A23a, que se desprendió de la plataforma de hielo Filchner de la Antártida en 1986.
Los otros dos se alejaron flotando y finalmente se derritieron. Pero el A23a quedó atrapado en el mar de Weddell, en el océano Austral, durante más de 30 años.
En 2020, el iceberg finalmente se desprendió y comenzó a moverse a unas tres millas (4,8 km) diarias.
Lo que dicen los expertos
Los científicos esperaban que el A23a se desviara hacia un “callejón de icebergs” en el Atlántico Sur y se derritiera.
Sin embargo, en agosto de 2024, quedó atrapado nuevamente, esta vez en una columna de agua giratoria en el Océano Austral.
El iceberg giraba alrededor de 24 kilómetros por día, pero por lo demás permanecía en su lugar.
El A23a finalmente se liberó en diciembre de 2024 y comenzó a dirigirse hacia la isla de Georgia del Sur en el Atlántico Sur.
Esta remota isla es el hogar de una amplia variedad de animales, incluidas vastas colonias de cuatro especies de pingüinos, así como lobos marinos y elefantes marinos.
Lo que esperan que suceda con el iceberg
Una vez más, los investigadores esperaban que el iceberg se rompiera y se derritiera mucho antes de llegar a Georgia del Sur.
Sin embargo, las imágenes satelitales del 24 de enero de 2025 mostraron que el iceberg estaba intacto.
“A23a es el iceberg que se niega a morir“, dijo el profesor Mark Brandon, investigador de la Universidad Abierta sobre los fenómenos polares.
“Normalmente, pensamos en los icebergs como cosas transitorias, que se fragmentan y se derriten. Pero éste no es el caso”.
A dónde podría llegar
Se espera que el A23a llegue a la plataforma continental poco profunda cerca de Georgia del Sur en un plazo de dos a cuatro semanas.
Luego podría seguir las corrientes oceánicas hacia el Atlántico Sur abierto o colisionar con la plataforma continental y quedarse atascado nuevamente.
Si esto sucede, el A23a atrapará a los animales de Georgia del Sur, impidiéndoles obtener alimento en aguas abiertas.
Sin embargo, Raúl Cordero, de la Universidad de Santiago de Chile, confía en que el iceberg superará Georgia del Sur sin causar daños.
“La isla actúa como un obstáculo para las corrientes oceánicas y, por lo tanto, suele desviar el agua mucho antes de que llegue a la isla”, explicó.
“El iceberg se mueve por esa corriente de agua, por lo que las probabilidades de que choque no son tan altas”.
Con suerte, Cordero tendrá razón y el A23a será arrastrado por las corrientes oceánicas y se derretirá de manera segura en el Atlántico Sur.
El ‘cementerio de icebergs’
La mayoría de los icebergs enormes que se desprenden de la Antártida se desplazan hacia el norte a través de una sección del Océano Austral conocida como el Pasaje de Drake, se ha convertido en el “cementerio de icebergs”.
Esto es lo que le ocurrió el año pasado al A-76A y a su predecesor, el A68a, que también pasó por esta región antes de ser partido por la mitad por las corrientes oceánicas en 2020.
Los investigadores están siguiendo muy de cerca el A23a para aprender más sobre cómo su eventual ruptura puede afectar al ecosistema oceánico circundante.
“Sabemos que estos icebergs gigantes pueden proporcionar nutrientes a las aguas por las que pasan, creando ecosistemas prósperos en áreas que de otro modo serían menos productivas”, dijo Laura Taylor, candidata al doctorado en biogeoquímica de BAS, en el comunicado.
“Lo que no sabemos es qué diferencia pueden suponer en ese proceso determinados icebergs, su escala y su origen”.
Los científicos han tomado muestras de agua a lo largo de la trayectoria prevista del iceberg y seguirán tomando muestras a su paso.
La comparación de estas muestras entre sí debería ayudar a arrojar luz sobre este misterio.