La estrella de la Tierra ha aumentado su actividad, con llamaradas gigantes que surgen de su superficie y arrojan corrientes de plasma y partículas cargadas al espacio.
Varias de las tormentas solares se han dirigido hacia nuestro planeta y han desencadenado tormentas geomagnéticas severas y han potenciado los deslumbrantes espectáculos de la aurora boreal.
La oleada de erupciones solares, que se produce tras años de relativa calma y quietud, es una señal segura de que la estrella ha entrado en una fase activa de su ciclo natural, según los expertos: el máximo solar.
Es probable que el período activo continúe durante el próximo año, lo que significa que podrían esperarse más tormentas solares y auroras espectaculares.
“Esta es sin duda la temporada de grandes tormentas solares”, afirmó Kelly Korreck, científica del programa de la división de heliofísica de la NASA.
Desde la NASA
A finales de este mes, la NASA obtendrá una vista de cerca de la alta actividad solar cuando la sonda solar Parker de la agencia realice su aproximación más cercana al sol el 24 de diciembre.
La nave espacial se encuentra en camino de pasar a 6,2 millones de kilómetros de la superficie solar, más cerca que cualquier otro objeto creado por el hombre en la historia.
Se espera que vuele a través de columnas de plasma del sol y potencialmente se sumerja en regiones activas de la estrella.
“Si piensas en un campo de fútbol americano, y la Tierra está en un lado y el Sol en el otro, esto es como ir a la línea de 4 yardas del sol”, dijo Korreck.
Estudiando el sol
La sonda solar Parker se lanzó en 2018 con la misión de estudiar la atmósfera del Sol, una región ultracaliente conocida como corona.
El mes pasado, la nave espacial del tamaño de un automóvil sobrevoló Venus en una maniobra que ayudará a acercarla al Sol.
Korreck dijo que el encuentro cercano de la sonda podría brindar información especialmente valiosa si hay regiones de manchas solares activas (características temporales que aparecen como manchas oscuras en la superficie del sol) a lo largo de su trayectoria.
Tales observaciones podrían ayudar a los investigadores a comprender mejor cómo aumenta y disminuye la actividad del sol.
El ciclo solar suele durar unos 11 años, durante los cuales el Sol pasa de períodos de baja a alta actividad magnética.
La mirada de los científicos
A medida que la estrella sale de su fase de calma (mínimo solar) y alcanza el punto álgido del ciclo solar, sus polos magnéticos se invierten, dando paso al máximo solar, cuando la actividad se intensifica y las erupciones se vuelven más frecuentes e intensas.
La principal forma en que los científicos pueden determinar que el Sol ha alcanzado su máximo es observando la formación de manchas solares.
A medida que el Sol gira, su campo magnético se encrespa, deformándose y estrechándose en algunas áreas, dijo Korreck.
Eso es lo que crea las manchas solares que aparecen en las imágenes del telescopio como parches oscuros.
“El Sol es una bola magnética, pero como no se mueve como un objeto sólido, su campo magnético se distorsiona mientras gira”, dijo Korreck.
La cantidad de esas manchas solares aumenta de manera constante a medida que la estrella se acerca al máximo solar. Una vez que se produce un descenso notable, los investigadores pueden definir el inicio y el final del período activo.
En algunas zonas de manchas solares, el campo magnético puede ser unas 2.500 veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra, según la NASA.
Con el tiempo, las manchas solares pueden liberar enormes cantidades de energía magnética reprimida en forma de tormentas solares.
El fenómeno de las auroras boreales
Dos grandes tormentas solares este año, una en mayo y otra a principios de octubre, sorprendieron a los observadores del cielo en lugares tan al sur como Texas y Alabama, con cielos nocturnos pintados de brillantes tonos rosa, verde y violeta.
El evento de mayo fue la tormenta geomagnética más fuerte que golpeó la Tierra en dos décadas, según la NASA.
Las auroras se producen cuando las nubes de partículas cargadas que salen despedidas del sol durante las tormentas solares chocan contra el campo magnético de la Tierra e interactúan con átomos y moléculas en la atmósfera superior del planeta.
Los espectáculos coloridos son un hermoso subproducto de ese proceso, que normalmente solo se ven en latitudes altas.
Pero durante los períodos de intensa actividad solar, las luces pueden desplazarse mucho más al sur de lo habitual.
Pero también puede haber consecuencias negativas. Las tormentas geomagnéticas fuertes pueden causar problemas a los astronautas en el espacio, así como a los sistemas GPS y satélites en órbita.
Lo que provoca el máximo solar
Las erupciones solares también tienen el poder de interrumpir las comunicaciones y las redes eléctricas en la Tierra porque la atmósfera está siendo bombardeada con partículas cargadas, dijo Korreck.
Tanto la NASA como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica monitorean la actividad del Sol, pero Korreck dijo que los pronósticos del clima espacial todavía están en sus inicios.
“Estamos en el mismo punto que hace 30 años con los pronósticos meteorológicos terrestres”, afirmó. “No podemos hacer predicciones a largo plazo con mucha precisión”.
Ésa es en parte la razón por la que los científicos están tan interesados en estudiar la fase máxima del Sol.
Una mejor comprensión del ciclo solar ayudará a los investigadores a entender las posibles consecuencias para los seres humanos en la Tierra, y quizás algún día para cualquiera que esté en la Luna o Marte, dijo Korreck.
“Dentro de once años, en el próximo máximo solar, debería haber gente en la Luna”.
“Es bastante sorprendente. Y será muy interesante ver cómo han cambiado las cosas desde el último ciclo solar hasta el siguiente y el siguiente y más allá”.