En Canadá ya es más común escuchar un “guau” o un “miau” en casa que el llanto de un bebé. Según datos de Made in CA y Statistics Canada, el país tiene actualmente 28,5 millones de mascotas, mientras que solo hay 7,3 millones de niños menores de 18 años. Es decir, por cada niño hay casi 4 animales domésticos.
Lejos de ser una anécdota, esta diferencia revela un cambio profundo en las prioridades de los hogares canadienses.
Los hogares en Canadá prefieren mascotas antes que hijos
Más del 60 % de los hogares canadienses tienen al menos una mascota. El fenómeno no es nuevo, pero sí creciente. Mientras la tasa de natalidad en Canadá sigue bajando o se mantiene estable, el número de perros, gatos y otras mascotas no para de subir.
Esta transformación responde a factores económicos, culturales y emocionales. Tener una mascota representa para muchos jóvenes adultos una opción más manejable y emocionalmente satisfactoria que formar una familia tradicional.
Los motivos detrás de este cambio
El costo de vida, la falta de acceso a vivienda, el aumento en los gastos educativos y una cultura laboral acelerada han hecho que muchos canadienses pospongan o renuncien a tener hijos.
Frente a eso, adoptar una mascota se ha convertido en una forma de construir vínculos afectivos sin los compromisos a largo plazo que implica la crianza. Los animales domésticos brindan compañía, rutina y amor, pero sin universidades, ni pañales, ni guarderías.
El auge del mercado pet-friendly
Con más de 28 millones de mascotas, la industria que las rodea está en auge. Desde alimentos gourmet hasta spas, pasando por seguros médicos, guarderías caninas, ropa especializada, hoteles y hasta psicólogos para animales, el negocio de las mascotas en Canadá supera los 9 mil millones de dólares al año.
Empresas de todos los tamaños están adaptando sus productos y servicios a esta nueva realidad. No es raro ver oficinas que permiten llevar mascotas, edificios con zonas comunes para perros y supermercados con góndolas enteras dedicadas a los animales.
Un nuevo modelo de familia
Lo que antes se consideraba “una mascota” hoy es, para muchos, parte del núcleo familiar. Según un estudio de Forbes Advisor, el 97 % de los dueños de mascotas en Canadá las consideran miembros de su familia.
Este cambio ha redefinido los roles dentro de casa. Hay padres de gatos, madres de perros y “abuelitas” humanas de conejos y loros. Ya no es extraño celebrar cumpleaños de mascotas, incluirlas en las fotos navideñas o llevarlas a pasear en cochecitos especiales.
Una tendencia que se replica globalmente
Aunque el caso de Canadá es uno de los más notorios, no es único. Japón, Corea del Sur, Alemania, Italia y España también reportan un descenso drástico en la natalidad, acompañado por un aumento masivo en la adopción de animales de compañía.
La diferencia es que Canadá, además de reflejarlo en sus datos oficiales, ha comenzado a modificar su infraestructura y políticas públicas para adaptarse a esta realidad.
Implicaciones a largo plazo
La pregunta de fondo no es si está bien o mal preferir mascotas. Es cómo este fenómeno cambiará la estructura de la sociedad en las próximas décadas. Menos niños significa, eventualmente, menos estudiantes, menos trabajadores y una población más envejecida.
Mientras tanto, los parques caninos están más llenos que nunca, las redes sociales se inundan de videos de mascotas con millones de reproducciones, y las tiendas para animales abren más rápido que las guarderías.
En Canadá, tener hijos parece haber pasado de ser una meta común a ser una decisión minoritaria. En cambio, tener una mascota se ha convertido en una nueva forma de vivir la vida adulta.