Los ingenieros en Japón están intentando conseguir que los robots imiten esa expresión humana, particularmente la sonrisa.
Han creado una máscara facial a partir de células de piel humana y la han unido a robots con una técnica novedosa que oculta la unión y es lo suficientemente flexible como para hacer una mueca o una sonrisa blanda.
El efecto es algo entre la aterradora máscara de Hannibal Lecter y la figura de Claymation Gumby.
Pero los científicos dicen que los prototipos abren el camino para robots más sofisticados, con una capa exterior lo suficientemente elástica y duradera para proteger la máquina y hacerla parecer más humano.
Esta especia de mascarilla se fabrica a partir de células cutáneas vivas en un laboratorio, puede dejar cicatrices y quemar, y también autocurarse, según un estudio.
El propósito
Según Shoji Takeuchi, profesor de la Universidad de Tokio e investigador “los rostros y expresiones similares a los humanos mejoran la comunicación y la empatía en las interacciones entre humanos”.
Lo que permitiría que los robots sean más efectivos en funciones de atención médica, servicio y compañía.
La investigación surge en un momento en que los robots se están volviendo más omnipresentes en las fábricas.
La Federación Internacional de Robótica, informó que en 2022 había 3,9 millones de robots industriales trabajando en líneas de montaje de automóviles y productos electrónicos y en otros entornos laborales.
La llegada de los humanoides
Carsten Heer, portavoz de la federación, dijo que los humanoides eran “un área de desarrollo apasionante”, pero que su adopción en el mercado masivo sería compleja y podría verse limitada por el costo.
Aun así, en octubre de 2023, el gobierno chino anunció el objetivo de producir humanoides en masa para 2025, lo que, según predijo, aumentaría enormemente su productividad industrial.
Durante décadas, los ingenieros robóticos han experimentado con varios materiales, con la esperanza de encontrar algo que pudiera proteger la compleja maquinaria de un robot.
Pero lo anterior, busca que este fuera lo suficientemente suave y liviano para una amplia gama de usos.
Humanizar la tecnología
El novedoso método de fijación a la piel hace avanzar el naciente del campo de la robótica “biohíbrida”.
Este integra la ingeniería mecánica con la ingeniería genética y de tejidos, dijo Kevin Lynch, director del Centro de Robótica y Biosistemas de la Universidad Northwestern.
“Este estudio es una contribución innovadora al problema de anclar la piel artificial al material subyacente”, dijo el profesor Lynch,
Al tiempo que agregó que “la piel viva puede ayudarnos a lograr el santo grial de las pieles autocurativas en robots biohíbridos”.
El estudio no aborda cómo la piel de los robots se autocurará sin apoyo externo.
Lo que debemos saber
Para estos robots, el desafío de los materiales se extiende a la verosimilitud: encontrar formas de dotar a la máquina de características que la hagan parecer y comportarse más como un humano, como la capacidad de sonreír.
Los científicos, incluido el profesor Takeuchi y sus colegas de la Universidad de Tokio, han estado trabajando con piel humana creada en laboratorio durante años.
En 2022, el equipo de investigación desarrolló un dedo robótico cubierto de piel viva, lo que permite que el dígito de la máquina se doble como un dedo humano, dándole la tactilidad para realizar potencialmente tareas más precisas.
El equipo del profesor Takeuchi había intentado fijar la piel con miniganchos, pero éstos provocaban desgarros cuando el robot se movía.
Por eso, el equipo decidió imitar los ligamentos, las diminutas cuerdas de tejido suelto que conectan los huesos.
Los miembros del equipo perforaron pequeños agujeros en forma de V en el robot y aplicaron un gel que contenía colágeno, que tapó los agujeros y unió la piel artificial al robot.
La unión de la piel también le otorga al robot biohíbrido el potencial de generar sensaciones, acercando la ciencia un paso más a la fantasía de ciencia ficción.