Hay personas que tienen su vocación muy clara y más cuando se trata del llamado de Dios.
Tal fue el caso del actual Papa Francisco, Jorge Bergoglio.
El primer Papa latinoamericano pudo haber sido un Latin Lover, según publicó en su momento la prensa argentina luego de que su novia de la infancia afirmara que ella pudo haberlo llevado a la iglesia.
Amalia Damonte, de 76 años, quien creció en el mismo barrio, Flores Buenos Aires, aseguró que se sorprendió cuando Bergoglio se convirtió en Papa.
“Me quedé helado frente al televisor. ¡No podía creer que Jorge fuera el Papa!”, dijo su antigua novia, ahora una jubilada.
La declaración de amor
Fue en 1948 o 1949 cuando el entonces futuro Papa le escribió una carta declarando que le gustaría casarse con ella.
“Teníamos 12 o 13 años, no más. Era maravilloso, un tipo decente”, dijo la la femenina.
“Sólo hubo una carta y me costó un cachetazo en la cara por parte de mi padre”, afirmó a los medios del país suramericano.
“Decía que nos íbamos a casar y que te iba a comprar una casa blanca para que pudiéramos vivir juntos los dos”.
Agregó que Francisco le dijo que: “Dijo que si no decía que sí, tendría que hacerse sacerdote. ¡Por suerte para él, le dije que no!”.
“Él estaba enamorado de mí, ¿sabes? Solíamos jugar en las calles de aquí. Era un barrio tranquilo en aquella época y, bueno, él era muy agradable”.
Su vocación religiosa
Bergoglio decidió tomar órdenes religiosas en 1958 cuando tenía 21 años, pero no fue ordenado hasta 1969.
Nació en 1936 en una familia de clase media de siete miembros: su padre era trabajador ferroviario y su madre ama de casa.
Se convirtió en sacerdote a los 32 años, casi una década después de perder un pulmón debido a una enfermedad respiratoria y abandonar sus estudios de química.
A pesar de su inicio tardío, en cuatro años ya dirigía la comunidad jesuita local, cargo que ocupó entre 1973 y 1979.
Amante del fútbol
El actual Papa es un ferviente seguidor de un equipo de fútbol argentino apodado los ‘Santos’ que lleva como nombre de pila, San Lorenzo de Almagro.
El club de Buenos Aires, uno de los más importantes del país, debe su nombre a un sacerdote católico que jugó un papel clave al ayudar al equipo de 104 años a encontrar un lugar para jugar en sus inicios.
El padre Lorenzo Massa se preocupó tanto por los chicos que jugaban a la pelota en las calles que les ofreció usar el cementerio después de ver a un jugador casi atropellado por un tranvía.
Había sólo una condición; que debían asistir a misa los domingos.
En honor a su contribución, los miembros fundadores del club decidieron bautizar el equipo con el nombre del clérigo.
Almagro es el distrito de Buenos Aires de donde es originario el equipo.
Su llegada al sacerdocio
Bergoglio, ordenado sacerdote en diciembre de 1969, comenzó a ejercer como provincial jesuita de Argentina en 1973.
Ha dicho que, en un principio, su madre no apoyó su decisión de ingresar al sacerdocio, a pesar de que era una católica devota.
Sin embargo, cuando fue ordenado, ella aceptó su llamado y le pidió su bendición al final de la ceremonia de ordenación.
Más tarde regresó a su alma mater, el Colegio de San José, donde ejerció como rector (1980-86) y profesor de teología.
El 20 de mayo de 1992, Bergoglio fue nombrado obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires; fue ordenado en ese cargo una semana después.
En febrero de 1998, se convirtió en arzobispo de Buenos Aires, sucediendo a Antonio Quarracino.
Tres años después, en febrero de 2001, fue elevado a cardenal por el papa Juan Pablo II , nombrado cardenal-sacerdote de San Roberto Bellarmino.
Sus demás ascensos
En 2005, fue nombrado presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, cargo que ocupó hasta 2011.
El 13 de marzo de 2013, a los 76 años, Bergoglio fue nombrado el 266.º Papa de la Iglesia Católica Romana, convirtiéndose en el primer ciudadano de las Américas.
También, es el primer sacerdote no europeo y el primer jesuita en ser nombrado Papa, y adoptando el nombre de Papa Francisco (tomó el título en honor a San Francisco de Asís de Italia).
Antes del cónclave papal de 2013, el Papa Francisco había servido como arzobispo y cardenal durante más de 12 años.
