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Esta es la realidad de los más pobres de España

Philip Alston, relator de la ONU dijo que queda claro que hay dos Españas muy diferentes.

España le está fallando por completo a buena parte de su sociedad, aquella que vive en la pobreza, cuya situación ahora se encuentra entre las peores de la Unión Europea, dijo la ONU en sus informes.

“Los grandes beneficiados son los ricos y las empresas que, pese a los beneficios, pagan menos impuestos que antes de la recesión”, dice el organismo mundial.

Philip Alston, relator de la ONU dijo que queda claro que hay dos Españas muy diferentes.

Para el experto en derechos humanos, “los niveles de pobreza en España reflejan una decisión política. Esa decisión política ha sido hecha durante la última década. Quiero resaltar el hecho de que entre 2007 y 2017, los ingresos del 1% más rico crecieron un 24% mientras que para el 90% restante subieron menos de un 2%”.

Al mismo tiempo, el Estado español “optó por recaudar un 5% menos de impuestos que el cualquier otro Gobierno europeo y eso, claro, significa que tiene menos dinero para gastar en protección social”.

«A pesar de que España está prosperando económicamente, demasiadas personas siguen pasando apuros», dijo Alston.

La asistencia se quiebra

La vivienda de bajo coste es casi inexistente y el sistema para brindar asistencia social está quebrado, es imposible de navegar y hace que las familias acaudaladas se beneficien más de las transferencias de efectivo que las familias pobres.

Mientras tanto, las empresas están pagando la mitad de los impuestos que antes de la crisis a pesar de registrar fuertes beneficios.

«He visitado lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país», dijo Alston.

Entre esos lugares, el experto visitó barrios pobres “con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, donde los trabajadores inmigrantes llevan años viviendo sin ninguna mejora en su situación”.

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También ha observado vecindarios de pobreza concentrada donde las familias crían niños con una grave escasez de servicios estatales, clínicas de salud, centros de empleo, seguridad, carreteras asfaltadas o incluso suministro eléctrico legal.

Cifras

La pandemia no sólo ha afectado a la salud. La pandemia ha hecho mucho daño a la economía de millones de hogares que no han podido soportar la embestida del virus en un entorno muy frágil.

El panorama es sencillamente desolador. Basta unas cifras: Desde el 2018, el número de personas en pobreza severa se ha incrementado la friolera del 50%, elevándose a 6 millones.

Año y medio después del estallido de la pandemia, son ya 11 millones las personas que se encuentran en situación de exclusión social en España, 2,5 millones más que en el informe del 2018.

El porcentaje de hogares con problemas para llegar a fin de mes representan ya el 58%, siete puntos más que hace tres años. Y eso, pese al escudo social desplegado (entre ellos, los ERTEs). Sin ellos, el resultado hubiera sido devastador.

Pobreza severa

Al inicio de la pandemia, unos 4,5 millones de personas en España (el 9,5 % de la población) vivían en situación de pobreza severa, un millón más que en 2008, con Canarias, Comunidad Valenciana y Asturias a la cabeza de los porcentajes.

Tras un año y medio de crisis sanitaria, los indicios «reafirman el sesgo social de la enfermedad» y obligan a «proteger más intensamente» a miles de familias que se encuentran en mayor riesgo de exclusión social.

Así lo han subrayado desde la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) durante la presentación del II informe ‘El Mapa de la Pobreza Severa en España.

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El Paisaje del Abandono’, que analiza la situación de extrema pobreza del eslabón más débil y desconocido de la sociedad.

Se considera que las personas viven en pobreza o son pobres cuando no pueden disponer de los recursos materiales, culturales y sociales necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.

Inmigrantes pobres

En el informe ‘Indicadores sobre la integración de inmigrantes’, recién publicado, hay varios datos llamativos pero dos especialmente impactantes.

El primero es que la tasa de pobreza en la población inmigrante subió 16 puntos entre 2006 y 2015 -los dos extremos analizados- en España.

No solo es el peor dato de entre todos los países, sino que en segundo lugar figura Suecia con casi la mitad de aumento (8,2 puntos).

Esto convierte a España en el país con mayor tasa de pobreza en el colectivo inmigrante, con un 42,8% de la población foránea en esta situación frente a un 29,2% de media en la OCDE.

Entre la población autóctona española, el porcentaje baja al 19,8%, casi en línea con la media de los países que integran el organismo internacional.

El segundo dato tiene que ver con la tasa de pobreza relativa infantil: casi dos de cada tres niños (un 63,7%) en hogares inmigrantes en España afrontan esta dura realidad, frente a un 24,3% en los hogares con integrantes nacionales.

Casi cuarenta puntos (39,5) entre un colectivo y otro, una distancia a la que solo se aproxima Holanda, con 36,8 puntos, aunque en este país tanto la pobreza infantil entre inmigrantes (47,7%) como la que sufren los niños autóctonos (10,9%) se sitúan muy lejos de la que se registra en España.

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