Esta información se reveló luego de realizarse un experimento en el que consistió volar cuatro relojes por el mundo en dos ocasiones.
Y es que en 1971, los físicos Joseph Hafele y Richard Keating tomaron cuatro relojes atómicos, capaces de no perder más de un segundo cada 30 millones de años.
Fue así como en un vuelo comercial enviaron un relog que primero viajaba hacia el oeste y luego hacia el este alrededor del mundo antes de regresar a su laboratorio en Washington DC, Estados Unidos.
Posteriormente, compararon los tiempos de sus relojes viajeros con una serie de relojes que se quedaron en tierra.
Y para sorpresa de los físicos, los relojes no coincidían: el acto de viajar había alterado significativamente el paso del tiempo.
El experimento era una prueba de un principio capital de la teoría de la relatividad de Albert Einstein en que el tiempo no es universal.
Para entender
Entre las conclusiones que lograron establecer es que, cuanto más rápido te mueves, más lento pasa el tiempo para ti.
El efecto es pequeño. Toma un vuelo trasatlántico de Londres an Nueva York y tu reloj estará una diezmillonésima de segundo detrás de uno que quede en tierra.
Sin embargo, habrás envejecido una fracción más despacio que de haberte quedado en casa. Y los relojes de Hafele y Keating podían medirlo.
Apuntan los especialistas consultados por la BBC Mundo que, si bien la mayoría de las personas no necesita conocer el tiempo hasta un nanosegundo, muchas industrias y tecnologías sí.
Eso es posible gracias, en parte, a los relojes atómicos. En la foto, un modelo de reloj atómico fotografiado en 1958.
¿Y cómo es el tiempo fuera de la Tierra?
Lo que también se pudo predecir es que, la relatividad dice que la gravedad también influye. Alejáte de la fuerza gravitacional de la Tierra y el tiempo se acelerará.
Dicen los resultados que esto afecta nuestros propios cuerpos: implica que tu cabeza será levemente más vieja que tus pies y es que a mayores distancias de la Tierra se vuelve relevante.
El sistema de GPS del que todos dependemos para navegar, cuyos satélites gravitan a 20.000 km sobre la Tierra, necesita tomar esto en cuenta para funcionar correctamente, según dice el artículo.
A pesar de este fenómeno, la Tierra, al final, es un planeta chiquito en un universo enorme.
Una especie de agujero negro
Lo que dicen los expertos es que debemos imaginarnos que viajamos en una nave mágica que te protege del efecto de “espaguetización”, el estiramiento terminal que le sucede a cualquier objeto que se acerque demasiado a un agujero negro.
Mientras caes, no notarías ninguna diferencia temporal en ti o tus alrededores.
Y al mirar el reloj o tomarte el pulso, se percibe el mismo latido constante a medida que, segundo tras segundo, se acerca la perdición.
Pero si los instrumentos de tu nave te permiten mirar hacia el universo fuera del agujero negro, quizás notarías algo raro: te parecerá que los sucesos fuera se aceleran.
Es por ello que los científicos recalcan que, si pudieras ver la Tierra a través de un telescopio, verías el futuro de nuestro planeta y especies reproducirse para tu disfrute, moviéndose como en una película acelerada.
Misterios del tiempo
Dicen los especialistas que, en nuestras vidas ordinarias, suficientemente lejos de un agujero negro, “podemos movernos como queramos en las tres dimensiones del espacio, pero viajamos sin descanso en la cuarta dimensión: el tiempo”.
Sin embargo, dentro del horizonte de sucesos de un agujero negro, las cosas suceden al revés.
Explican por ejemplo que un astronauta se vería obligado a viajar sin cesar en el espacio –hacia el centro del agujero negro–, lo que significa que algunas personas creerían que puede moverse en el tiempo.
Así las cosas, un agujero negro puede actuar como una máquina del tiempo, permitiendo a cualquiera lo suficientemente valiente como para entrar a viajar en el tiempo.