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Así vivimos el Sueños Festival en Chicago, el festival latino más grande de EE. UU.

Viajamos por tierra desde Toronto para vivir el Festival Sueños 2025 en Chicago junto a más de 50 mil personas y artistas como Shakira y Don Omar.

Viajar por carretera desde Toronto fue parte de la aventura

El viernes comenzó temprano, muy temprano. Salimos de Toronto a las 3:00 a. m. con dirección a Chicago, cruzamos la frontera por Windsor mientras amanecía y nos adentramos en la I-94 con un playlist latino como banda sonora. Nos esperaban más de 800 kilómetros para llegar a la cuarta edición del Festival Sueños 2025, el evento latino más grande de Estados Unidos.

Transporte público, la mejor decisión para moverse por Chicago

Ya en Chicago, decidimos dejar el carro estacionado y movernos en metro. El sistema de transporte público fue clave para disfrutar cómodamente del Festival Sueños 2025 sin preocuparnos por el tráfico o el parqueo.

Un viernes entre arquitectura, pizza y primeras impresiones

Caminamos por Millennium Park, nos tomamos fotos frente a The Bean y almorzamos una deep dish en Giordano’s. Era el día previo al Festival Sueños 2025 y ya se sentía la energía de lo que venía.

Sábado de estaciones de fotos, tacos memorables y un show de Shakira a nivel de gira

Grant Park se llenó desde temprano. Probamos tacos de carne asada, birria con consomé, aguas locas y hasta chocolate de Dubái. DoorDash ofreció $10 de regalo para gastar en comida. Fue uno de los mejores momentos del Festival Sueños 2025.

Peso Pluma se presentó antes de Shakira con un show sólido. Luego, Shakira ofreció gran parte del espectáculo de su gira, con una producción que superó cualquier expectativa.

Domingo de talento emergente, leyendas del reguetón y cierre histórico

Kapo, Wisin, Víctor Cárdenas y Don Omar dominaron el escenario. El Festival se despidió con miles de voces coreando cada canción, en un cierre verdaderamente épico.

El Festival Sueños 2025 fue una celebración de todo lo que somos

Más que un evento, el Festival Sueños 2025 fue una celebración cultural inolvidable. Volvimos a Toronto con los pies cansados y el corazón lleno.


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