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Fiestas privadas, whisky y autos de lujo: la vida del nieto de Fidel Castro en medio de la crisis que vive el pueblo cubano

Mientras millones de cubanos enfrentan hambre y apagones, Sandro Castro celebra fiestas privadas rodeado de lujos en La Habana.

La vida del nieto de Fidel Castro, Sandro Castro, contrasta de forma escandalosa con la dura realidad que atraviesan millones de cubanos. Mientras la isla sufre apagones diarios, falta de medicamentos y largas colas por un pedazo de pan, él organiza fiestas privadas con DJs, consume whisky importado y conduce autos de lujo por La Habana.

En un video viral de 2021, se ve a Sandro manejando un Mercedes-Benz en la capital cubana, diciendo:

“Nosotros somos sencillos, pero de vez en cuando hay que sacar estos jugueticos que tenemos en el garaje”.

La escena indignó a miles de cubanos y dejó en evidencia el abismo entre la cúpula heredera del poder y el pueblo que sobrevive en condiciones extremas.

Sandro Castro: whisky caro, DJs y privilegios en una isla apagada

Reportajes de medios como documentan cómo Sandro organiza fiestas exclusivas en casas equipadas con plantas eléctricas, luces profesionales y seguridad privada. En esos eventos, el acceso a internet, el alcohol importado y los autos de alta gama son parte de su entorno habitual.

Las botellas de whisky escocés que aparecen en sus fotos pueden costar más de $150 dólares, una cifra impensable para un ciudadano promedio que gana el equivalente a $20 o $30 mensuales.

La vida del nieto de Fidel Castro no solo refleja opulencia. También exhibe impunidad. Mientras la mayoría de la población no tiene cómo cocinar por falta de gas, él vive entre lujos que solo son posibles para una minoría conectada con el poder.

La otra Cuba: sin luz, sin comida, sin medicina

Mientras Sandro brinda en fiestas privadas, miles de cubanos viven la peor crisis desde el “Período Especial”. Según Deutsche Welle y BBC Mundo, la situación en 2024 y 2025 ha empeorado drásticamente:

  • Apagones de hasta 12 horas diarias en provincias como Holguín y Cienfuegos.
  • Falta de alimentos básicos como leche, pan, arroz y pollo.
  • Medicinas escasas o inexistentes, incluso para enfermedades crónicas.
  • Aumento de la desesperanza, con familias que hierven agua con azúcar como única cena para sus hijos.

Los testimonios recogidos narran escenas desgarradoras. Una madre explica que simula una sopa con agua caliente para que sus hijos crean que cenaron. Otra persona relata cómo ha pasado noches enteras en la cola de una farmacia para no perder su lugar.

Los hijos de Fidel Castro y su silencio ante la miseria

La ostentosa vida del nieto de Fidel Castro no es una excepción. Varios de los hijos del líder revolucionario viven en el exterior o disfrutan de privilegios en silencio.

Uno de los más visibles, Antonio Castro Soto del Valle, ha sido fotografiado en Turquía navegando en yates de lujo y comprando en tiendas de marcas exclusivas. También ha sido visto en eventos internacionales donde se presenta como médico deportivo, pero su estilo de vida dista mucho de la austeridad revolucionaria.

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Otros hijos residen en Europa o México y mantienen un perfil bajo, pero lejos del colapso económico, energético y sanitario que enfrenta la isla.

El fin de una narrativa revolucionaria

Sandro se ha definido en redes como “revolucionario”, aunque su día a día se asemeja más al de un millonario europeo. Su caso encarna lo que muchos cubanos ya no pueden ignorar: la llamada revolución se convirtió en privilegio hereditario para unos pocos y en resistencia diaria para millones.

Su frase sobre los “jugueticos en el garaje” se convirtió en símbolo de una generación de poderosos que viven como reyes en una nación que se apaga. Literal y simbólicamente.

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