Las investigaciones científicas sugieren que el consumo moderado de chocolate negro, queso y vino tinto puede ofrecer beneficios para la salud que podrían contribuir a la longevidad.
El chocolate negro es rico en flavonoides, que tienen propiedades antioxidantes que pueden mejorar la salud del corazón y reducir la inflamación.
El queso proporciona nutrientes esenciales como calcio y proteínas, lo que favorece la salud ósea y puede mejorar la función cognitiva.
El vino tinto contiene resveratrol, un antioxidante relacionado con una mejor salud cardíaca y un menor riesgo de ciertas enfermedades neurodegenerativas.
Sin embargo, es importante consumirlos con moderación, ya que una ingesta excesiva puede provocar efectos adversos para la salud.
Incorporar estos alimentos a una dieta equilibrada, como la dieta mediterránea, puede aumentar sus posibles beneficios.
Los invesigadores
Las investigaciones han demostrado, una y otra vez, que una dieta basada en plantas es mejor para el cuerpo y el cerebro . Pero constantemente se publican estudios que se centran en determinados alimentos.
Por ejemplo, un nuevo estudio publicado en el Journal of Internal Medicine ha descubierto que una dieta “antiinflamatoria” está asociada con un menor riesgo de morir prematuramente.
Los investigadores analizaron datos de 68.000 hombres y mujeres suecos de entre 45 y 83 años.
En este descubrieron que aquellos que seguían una dieta compuesta por alimentos antiinflamatorios como:
Frutas y verduras, té, café, pan integral, cereales para el desayuno, queso bajo en grasa, aceite de oliva y aceite de canola, nueces, chocolate y cantidades moderadas de vino tinto y cerveza tenían un 18% menos de probabilidades de morir prematuramente.
En concreto, los participantes que siguieron la dieta tenían un 20% menos de riesgo de morir de problemas cardiovasculares y un 13% menos de riesgo de morir de cáncer.
Los fumadores que siguieron la misma dieta experimentaron mayores beneficios que los fumadores que no la siguieron.
Los efectos del chocolate
A principios de este año, un estudio demostró que comer tres barras de chocolate negro al mes podría reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
Lo que se suma a un conjunto de investigaciones que han demostrado que comer chocolate con moderación es bueno para el corazón.
Las investigaciones también han demostrado que beber café está relacionado con una mejor salud y una vida más larga.
El alcohol, sin embargo, es un poco más complicado. Los estudios han demostrado que beber con moderación podría aumentar la fertilidad masculina y posiblemente aumentar la expectativa de vida.
Pero es difícil de medir, porque el alcohol es perjudicial, por lo que es posible que no haya una cantidad que supere los beneficios de evitarlo por completo.
Los mejores alimentos para la longevidad
Lo que comemos tiene el potencial de ayudarnos o de hacernos daño.
Nuestra adicción a los alimentos procesados no nos aporta la nutrición suficiente y es la causa de enfermedades como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2.
No tiene por qué ser así: debemos comer alimentos que nos den energía, reduzcan el riesgo de enfermarnos y nos permitan mantener un peso saludable.
Para vivir más y estar más sanos, tenemos que alimentar nuestro cuerpo con alimentos ricos en nutrientes. Los alimentos vegetales naturales pueden restaurar nuestra salud y vitalidad.
Verduras crucíferas
Estas verduras son una fuente de energía con la capacidad única de modificar las hormonas humanas, activar el sistema de desintoxicación natural del cuerpo e inhibir el crecimiento de células cancerosas.
Las verduras crucíferas deben masticarse bien o consumirse ralladas, picadas, en jugo o licuadas para liberar sus potentes propiedades anticancerígenas.
Se ha descubierto que el fitoquímico sulforafano de las crucíferas protege las paredes de los vasos sanguíneos de las señales inflamatorias que pueden provocar enfermedades cardíacas.
Las verduras crucíferas son los alimentos más ricos en nutrientes de todos. Coma una variedad de ellas, tanto crudas como cocidas, a diario: pruebe con brócoli, coliflor, coles de Bruselas, col rizada o repollo.
Ensalada verde
Las verduras de hoja verde crudas (algunas de ellas crucíferas) contienen menos de 100 calorías por libra, lo que las convierte en un alimento ideal para controlar el peso.
En estudios científicos, las mujeres que comieron una ensalada grande al principio de una comida consumieron menos calorías del resto de la comida, y las ensaladas más grandes redujeron las calorías más que las más pequeñas.
Además de ayudar a mantener el peso bajo, una mayor ingesta de ensaladas, verduras de hoja verde o verduras crudas se asocia con un menor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, diabetes y varios tipos de cáncer.
Las verduras de hoja verde también son ricas en folato, una vitamina B esencial, además de luteína y zeaxantina, carotenoides que protegen los ojos del daño causado por la luz.
Pruebe la col rizada, las hojas de berza, las hojas de mostaza, las espinacas o la lechuga.
Cojones
Los frutos secos son una fuente rica en nutrientes, grasas saludables, proteínas vegetales, fibra, antioxidantes, fitoesteroles y minerales.
Son un alimento de bajo índice glucémico que también ayuda a reducir la carga glucémica de una comida completa, lo que los convierte en un componente importante de una dieta antidiabética.
A pesar de su densidad calórica, el consumo de frutos secos se asocia con un menor peso corporal, posiblemente debido a la supresión del apetito por los componentes saludables para el corazón.
Comer frutos secos con regularidad también reduce el colesterol y se relaciona con una reducción del 35 por ciento en el riesgo de enfermedades cardíacas.
Adorne su próxima ensalada con nueces picadas o almendras en láminas o mezcle algunos anacardos crudos en un aliño cremoso para ensaladas.
Semillas
El perfil nutricional de las semillas es muy similar al de los frutos secos, ya que aportan grasas saludables, minerales y antioxidantes, pero las semillas tienen más proteínas y son abundantes en oligoelementos.
Las semillas de lino, chía y cáñamo son ricas en grasas omega-3.
Igualmente, las semillas de lino, chía y sésamo también son ricas en lignanos, fitoestrógenos que combaten el cáncer de mama.
Las semillas de sésamo son ricas en calcio y vitamina E, y las semillas de calabaza son especialmente ricas en zinc.
Para obtener los máximos beneficios nutricionales, los frutos secos y las semillas deben consumirse crudos o ligeramente tostados.